Durante la pandemia del COVID-19, las emisiones se redujeron temporalmente, dándole un respiro al planeta. Sin embargo, tras el confinamiento global, los niveles de contaminación están aumentando progresivamente. La mayor parte de los gobiernos del mundo están comprometidos y las empresas están siguiendo el mismo camino con el objetivo de lograr emisiones cero para el 2050.
En esto, los consumidores jugamos un papel muy importante, siendo los que tenemos la última palabra en cuanto a nuestras compras, lo que hace que las empresas decidan apostar por un consumo sostenible si nosotros lo hacemos también.
De esta forma, te proponemos 5 acciones que puedes llevar a cabo para ayudar al cambio climático:
- Haz una compra crítica y evita derrochar alimentos.
Comparar e informarse sobre el producto que vamos a comprar y las empresas que lo ofertan es fundamental. No solo para conseguir un mejor precio, si no para fomentar empresas que tengan un menor impacto ambiental.
Ocurre lo mismo con nuestra cesta de la compra. Podemos consumir alimentos de proximidad y de temporada, cuya huella de carbono es inferior debido a que se evitan largos transportes. Además, organizar nuestras compras, tener una buena conservación de los alimentos y comprar lo que realmente vamos a consumir evitará el desperdicio de comida. Según la ONU, en 2019 se desperdiciaron 931 millones de toneladas en todo el mundo. El objetivo para 2030 es reducirlo a la mitad y nosotros podemos colaborar.
- Contratar energía renovable y usar aparatos eficientes.
Las energías fósiles como el petróleo, el carbón y el gas suponen un elevado impacto medioambiental. Se prevé que para el 2025, las energías renovables sean la principal fuente de energía del mundo, sin embargo hay un largo camino por recorrer.
Cada vez hay más ofertas de empresas de energía renovable e incluso se pueden encontrar tarifas más baratas.
Además, un uso eficiente de nuestros electrodomésticos y aparatos electrónicos hace que contaminemos menos y veamos un ahorro de dinero reflejado en nuestras facturas. Para saber si los aparatos que tenemos en casa, o que vamos a comprar, son eficientes nos podemos ayudar con las etiquetas de consumo energético. Su clasificación es muy intuitiva y van desde la más eficiente (A+++) hasta la menos eficiente (D).
3. Uso del transporte público
El uso del vehículo propio es una de las causas principales de la contaminación en las ciudades. Actualmente ya no sólo tenemos como alternativa el autobús o el metro. En las grandes ciudades, sobre todo, podemos encontrar diversas opciones como los patinetes eléctricos, bicicletas, coches y motos eléctricas, etc. Por supuesto, puedes tener uno propio, pero también alquilarlos mediante diversas aplicaciones disponibles, lo que te permite elegir el modo de transporte que mejor te viene en cada momento
4. Mantenerte informado y crear conciencia en tu entorno
Actualmente es bastante complicado saber el impacto exacto de todos los productos que consumimos. Sin embargo, al igual que el etiquetado nutricional en los alimentos, se está trabajando para añadir también una etiqueta de carbono que informe al consumidor del impacto medioambiental que tiene cada producto.
Hasta que esto ocurra, podemos informarnos lo máximo posible sobre las empresas en las que compramos, investigar con qué políticas medioambientales cuentan y compartir estos conocimientos con nuestros entorno para crear mayor conciencia entre todos.
5. Conoce tu huella medioambiental
Un dato que sí podemos conocer es la huella medioambiental que nosotros mismos generamos con nuestros hábitos de consumo. Existen diferentes opciones de calculadoras, como por ejemplo, huelladecarbono.org, la calculadora de WWF o la conservacion.org. ¿Crees que te sorprenderá el resultado? Los datos que te ofrecen pueden servir para comenzar a cambiar diversos hábitos o tomar mejores decisiones que ayuden a mejorar nuestro planeta.
