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La cárcel no solo es una institución para el castigo. Lo es, sobre todo, para la reinserción. Pero, ¿lo consigue? ¿Hay alguna organización que apoye la reinserción o están solos?

Apromar: después de la cárcel hay vida y oportunidades

La privación de libertad es otra forma de provocar una situación de desigualdad. Nos referimos a la cárcel. Es cierto que las personas que acceden a ella se lo tienen merecido. Pero, ¿qué ocurre cuando esas personas ya han cumplido su condena?

Lo que ocurre es que esas personas que han cumplido su castigo y su condena se desvinculan del presente. Sin embargo, hay asociaciones como Apromar que llevan ya décadas operando para que los presos que han cumplido su condena en la cárcel tengan una reinserción completa en la sociedad a la que se exponen. Pero creo que todos deberíamos recordar que la cárcel es un sistema para reinsertar, no solo para castigar.

Tras un periodo en la cárcel, las personas que han sido expuestas a una condena, se enfrentan a una vida totalmente diferente a la que dejaron cuando entraron en prisión. No solo se encuentran solos porque han perdido sus antiguos lazos afectivos y quieren cambiar de vida. También se exponen a una sociedad que va a prejuzgar que esa persona que les solicita un empleo ha estado en la cárcel. Y al fin y al cabo, esa es otra forma de discriminación.

Es cierto que esas personas deben adaptarse a la sociedad. Y tienen que hacerlo si desean otra oportunidad. Pero la sociedad también debe ser más empática y tratar de juzgar en igualdad.  

Allá donde el sistema no es capaz de llegar, lo hacen ellos. Con apoyo para la reinserción y cuidados psicológicos constantes durante la estancia en prisión. Los lazos afectuosos creados son muy importantes para las personas que necesitan reconciliarse con las vidas que han sufrido. Y son muy importantes para la reinserción. Ahí es dónde entra Apromar.

Una segunda oportunidad

Apromar es una asociación sin ánimo de lucro y desvinculada de instituciones administrativas que trabaja de forma grupal la socialización y el cambio en los reclusos más sensibles. Su trabajo se extiende durante o después de la cárcel. Y la acogida, tras el fin del periodo carcelario, es uno de sus pilares vitales para la reinserción.

En su proyecto, Apromar especifica que existen pocos datos públicos sobre la situación de los presos. Se puede afirmar que la población mayoritaria de las cárceles posee una situación económica y laboral precaria, con un nivel educativo muy bajo y con escasas posibilidades de que los presos se reinserten en la sociedad tras su paso por la cárcel. Apromar funciona como una familia de acogida. Un lugar, una comunidad que te acepta con los brazos abiertos y te ofrece el calor de una familia que probablemente se haya diluido o perdido tras tu estancia por la cárcel.

Apromar reafirma que cree firmemente en la voluntad de cambio en las personas y el respeto a la vida. Por eso afirma que su misión es importante. A través de la relación educativa y terapéutica, la reinserción psicosocial y la intervención de profesionales, es muy posible que se logre una completa reinserción en la sociedad.

Tras la cárcel

El frío que hace fuera es muy intenso. Y lo es más si has perdido los lazos vitales que te unían a personas importantes para ti. Esto ocurre tras la cárcel en la mayoría de los reclusos. Los regímenes de visitas son escasos y, por supuesto son parte del castigo, pero provocan una desvinculación casi total de la vida que quedó atrás antes de entrar en la cárcel. Este hecho complica mucho la reinserción y facilita la reincidencia de muchos presos. Lo que les empuja a volver a entrar una y otra vez en la cárcel.

El objetivo de Apromar es conseguir la reinserción social del beneficiario y su desarrollo personal a todos los niveles. Con la meta de conseguir una buena relación con los demás y con el entorno, la aceptación y entendimiento de las normas sociales y la necesaria autoestima para emprender la vida futura con ambición y sin resentimiento. Y para eso, lo mejor es una comunidad acogedora y una familia como Apromar.

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