Un equipo de científicos de la Universidad Nacional de Singapur ha creado un biosensor capaz de detectar posibles infecciones tras una cirugía, con una antelación mayor a cualquier otra prueba.
Las infecciones tras una intervención quirúrgica es uno de los riesgos más importantes que se corre tras una operación. Es por eso que prevenir esto es vital para asegurar el bienestar de los pacientes.
Actualmente, es necesario un médico que siga el progreso de cada paciente, así como diferentes pruebas. Sin embargo, normalmente hasta que el paciente no presenta síntomas es muy complicado saber si está habiendo complicaciones, y en este momento, el tiempo es vital para que el paciente salga adelante.
John Ho, director de la investigación que ha hecho posible este dispositivo, asegura que este biosensor es una herramienta de prevención temprana que tendrá gran repercusión en la esperanza de vida de los pacientes quirúrgicos.
¿En qué consiste este Biosensor?
Se trata de un dispositivo bluetooth sin batería que permanece en el paciente durante todo el proceso de curación. Puede detectar complicaciones hasta 50 mm de profundidad, además de la cohesión de la herida, el estado de los puntos, micromovimientos de tejidos e incluso fuga gástrica.
Toda esta información se transmite a un lector externo, informando a los médicos sobre las medidas que deben tomar, evitando posibles infecciones mortales.
Sin embargo, este proceso debe ser dentro del propio hospital, por lo que el equipo de investigadores está trabajando en un lector inalámbrico portátil que garantice el control de la herida, no solo desde el hospital, sino desde el propio hogar del paciente.
De esta forma será posible dar altas más tempranas sin que esto ponga en peligro a los enfermos, suponiendo una gran revolución médica que aumentará la tasa de cirugías realizadas con éxito.