El Parque Nacional de Doñana es uno de los entornos naturales más valiosos del planeta. Es reserva de la biosfera y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1980. En la última semana, Doñana ha sido protagonista de muchos telediarios, programas de radio y periódicos. Conoce las claves para entender qué está pasando en Doñana.
Ampliación de una ley existente
La Junta de Andalucía quiere tramitar por vía de urgencia una proposición de ley para legalizar los regadíos en Doñana ante la oposición del Consejo del Parque. En concreto, se trata de una ampliación de una ley ya existente de 2014, el Plan de Ordenación del Territorio del ámbito de Doñana, la cual versa sobre el aprovechamiento de agua de las explotaciones agrícolas de Huelva y la conservación de Doñana como espacio protegido. Pero el plan no contempla algunas fincas que se adhirieron una vez creada la ley y no tienen permiso de regadío.
La Estación Biológica de Doñana ha especificado en un informe que el parque se encuentra en un punto crítico.
El acuífero de Doñana está en sus niveles más bajos
Doñana se encuentra en una coyuntura complicada, pues el agua irá disminuyendo. Por eso, en lugar de aumentar la superficie de regadío, deberíamos intentar reducirla.
El acuífero se encuentra en sus niveles más bajos, y ya abastece de agua a las marismas del parque y a las tierras de cultivo ya contempladas. Por lo tanto, sería imposible que pudiera suministrar agua a más. Ya en 2020, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir anunció que el acuífero de Doñana está sobreexplotado, entre otras razones por las extracciones que hay de la agricultura.
Además, uno de los mayores valores de Doñana es que sirve como estación de servicio para aves migratorias, como aquellas que van de África al norte de Europa, y viceversa.
Pozos ilegales se abastecen de Doñana
Los pozos sirven para captar agua y regar los cultivos. En el entorno de Doñana hay diversos pozos ilegales que extraen el agua de su acuífero. Estos son difíciles de detectar porque normalmente las bombas de agua no superan el medio metro de altura y entre ellas encontramos también aquellas que nutren a pozos legales. Además, algunos terrenos tienen la mitad de su terreno legalizado y la otra mitad no.
En el texto que se ha presentado al Parlamento andaluz no se especifica de cuántas hectáreas se trata, pero se calcula que podrían ser unas 1900 ha. de la Corona Norte de Doñana.
¿Por qué esto supone un problema? Pues porque al legalizar esos pozos, la presión a Doñana aumenta. Los agricultores ya podrían exigir de forma legal disponer del agua que les corresponde. Un agua que no hay.
Con todo, la UE podría sancionar a España con graves multas económicas si esta propuesta de ley sale adelante.
El cambio climático es un hecho. Solo esperamos que Doñana se salve.
Andrea López
