La mente de los innovadores destaca por su peculiaridad, según una investigación de
UCLA Health. El estudio, publicado en la revista Psychology of Aesthetics, Creativity,
and the Arts, ha revelado fascinantes diferencias en la conectividad cerebral entre un
individuo altamente creativo y aquel menos propensos a la creatividad.
Mediante resonancia magnética funcional (IRMf), se identificaron patrones únicos de
conectividad neuronal en cerebros de individuos considerados como «creativos Big C»,
como artistas visuales y científicos excepcionalmente creativos. Estos patrones
divergentes sugieren que los cerebros altamente creativos poseen la capacidad de
establecer conexiones poco convencionales y aleatorias entre regiones cerebrales
distantes, forjando caminos neuronales únicos en lugar de seguir rutas cerebrales
convencionales.
Este descubrimiento respalda la idea de que la verdadera creatividad está
intrínsecamente vinculada a la habilidad de trazar caminos neuronales disruptivos.
Aunque estos patrones de conectividad cerebral puedan parecer inicialmente menos
eficientes, se revelan como esenciales para la generación de ideas originales.
Conexiones cerebrales y Creatividad
En concreto, el pensamiento creativo tiene lugar en el interior de tres redes neurales
distintas y complementarias.
La primera de estas redes sería la red neuronal por defecto, la cual se activa para dar
forma a nuevas ideas. La segunda red sería la de control ejecutivo, encargada de
evaluar estas ideas generadas, determinando su calidad y su idoneidad para resolver los
problemas planteados. La tercera red se encarga de alternar y coordinar el
funcionamiento de las dos anteriores.
Un descubrimiento notable es que las personas altamente creativas presentan una
comunicación más fluida entre estas redes cerebrales. Esto resulta intrigante, ya que en
la mayoría de las personas estas redes no suelen trabajar conjuntamente de manera tan
efectiva. Los individuos creativos logran una mejor interconexión entre estas redes, lo
que les permite ser más eficientes en la generación y evaluación de ideas.
Sin embargo, incluso el uso de estas redes neurales tiene limitaciones a la hora de
distinguir a los genios. Mentes comunes pueden activar este modo neuronal sin generar
necesariamente una sola idea creativa.
Una de las razones de este fenómeno es que, al final, incluso un genio no puede
desligarse de la necesidad de contar con suficiente experiencia en un campo específico.
Por ejemplo, Einstein era experto en matemáticas y física, y esos conocimientos se
almacenaban en regiones muy específicas de su cerebro.
Pensamiento disruptivo
Estos descubrimientos coinciden con las especulaciones de Henry David Thoreau
mucho antes de la existencia de la resonancia magnética funcional. Thoreau imaginó
que los caminos mentales desgastados podrían transformarse en surcos profundos,
aludiendo a la idea de que la repetición de pensamientos conduce a la formación de
rutas mentales arraigadas.
En una entrada de su diario del 7 de julio de 1851, Thoreau reflexionó sobre cómo cada
pensamiento redundante «ayuda a profundizar los surcos», similar a cómo los caminos
en Pompeya evidencian su uso repetido.
El autor, tras mudarse a una cabaña solitaria en Walden Pond en 1845, observó cómo
sus pasos frecuentes tallaban caminos en el bosque circundante. Estos senderos
repetidamente transitados crearon surcos profundos en la tierra, simbolizando la
formación de rutas mentales arraigadas por la repetición de patrones de pensamiento.
El avance en estos procesos representa un logro significativo para comprender cómo la
estructura y función cerebral están intrínsecamente ligadas al proceso creativo
humano. La conexión entre la repetición de patrones mentales y la formación de rutas
neuronales resalta la importancia de explorar caminos innovadores para potenciar la
creatividad y generar ideas disruptivas en la mente humana.
Así, desde las redes neuronales hasta la exploración de territorios desconocidos en la
mente, la creatividad se manifiesta como una mezcla intrincada entre la singularidad
del cerebro y la exploración incansable de nuevas rutas mentales. Estos hallazgos
iluminan los misterios del proceso creativo y resaltan la importancia de la diversidad de
experiencias y la exploración constante como vehículos fundamentales para fomentar
la innovación y la creatividad en nuestras vidas.