Diego Soliveres, nacido en 1980 en Canarias, pero alicantino y valenciano de adopción, creció con una discapacidad visual, lo que llevó a su familia a mudarse a Alicante cuando él tenía seis años. Allí, en un centro de la ONCE, recibió su educación, aprendiendo Braille y habilidades esenciales para la vida diaria. Su actitud positiva y su enfoque hacia los retos fueron claves para superar las dificultades, desarrollando una gran capacidad para adaptarse a nuevas experiencias.
A lo largo de su vida, Diego ha mantenido una fuerte pasión por la música y el fútbol. Durante 17 años, fue baterista profesional y fundó un grupo tributo a su banda favorita, con el que llegó a tocar en la convención anual de fans en España.
La filosofía de Diego se basa en la superación constante y la resiliencia. Se rige por principios como: intentar llegar hasta el final, probar nuevas experiencias y aprender de los fracasos. Esta actitud de seguir adelante sin miedo a los obstáculos es la que ha impregnado tanto su vida personal como el proyecto Timpers, cuyo objetivo es crear oportunidades para las personas con discapacidad, derribando barreras y demostrando que la inclusión es posible en todos los ámbitos.
Carlos: Hablemos de Timpers. Vi que uno de los eslóganes de la empresa es «crear las zapatillas más normales del mundo», lo que tiene una carga simbólica muy potente. ¿Qué significa para ti «normalidad»? ¿Cómo se ha redefinido este concepto a través de Timpers?
Diego: Para mí, la normalidad es ver todo con los ojos de la normalidad. Es decir, ver como algo normal que una persona con discapacidad pueda trabajar. Que sea normal que alguien ciego diseñe zapatillas. Aún hay muchos estereotipos, y muchas veces se juzga a las personas más por su discapacidad que por sus capacidades reales. Lo importante son nuestras habilidades, no nuestras limitaciones. Hay discapacidades, como la mala educación o la impuntualidad, que no están en el carnet de identidad, pero afectan mucho más que el hecho de ser ciego.
Yo no puedo ser piloto de Fórmula 1, pero puedo ser un gran comunicador o un excelente director de recursos humanos. La normalidad para mí es que todo conviva en armonía, sin etiquetas ni estereotipos. Creo que, cuando logremos eso, será el momento en que la discapacidad esté totalmente integrada en la sociedad.
C: ¿Cómo influyó tu experiencia en el fútbol para ciegos en el diseño de las zapatillas y en el enfoque inclusivo de Timpers?
D: Es una historia que me emociona cada vez que la cuento. Mis socios, Aitor y Roberto, ya eran amigos antes de todo esto. Ellos habían creado una marca de zapatillas, pero sin el componente social que tiene Timpers. Un día, llevaron al entrenamiento de fútbol para ciegos unas de sus zapatillas para mostrar a los jugadores. Fue allí donde todo cambió, porque se dieron cuenta de cómo los ciegos, al no ver, se guiaban por otros sentidos: el tacto, el sonido. De ahí nació la idea de diseñar una zapatilla en la que la vista no fuera lo más importante, sino el tacto, los contrastes de colores, el Braille.
Nos pidieron ayuda a los jugadores, y creamos un prototipo con varios materiales que fueran fáciles de identificar al tacto. También incorporamos detalles como los cordones redondos para hacerlos más fáciles de atar. Y todo eso nos llevó a ganar un concurso de emprendimiento social en la Universidad de Alicante, lo que nos impulsó a convertir Timpers en una empresa inclusiva.
Lo más impactante es que yo soy ciego, pero no sabía que Aitor y Roberto también tenían discapacidades. Aitor tiene fibrosis quística y Roberto es trasplantado de riñón. Ese momento en el que nos dimos cuenta de que los tres teníamos una discapacidad fue un punto de inflexión. Nos unimos para demostrar que una empresa liderada por personas con discapacidad puede ser igual de rentable y exitosa que cualquier otra. Ese vestuario, ese equipo de fútbol, es el origen de Timpers.
C: ¿Qué fue lo más difícil de materializar en cuanto a vuestra visión de una marca inclusiva?
D: Al principio, las dificultades fueron las mismas que enfrentan la mayoría de los emprendedores. No teníamos recursos, trabajábamos muchas horas al día, y a veces teníamos que llevar cada parte de las zapatillas a diferentes fábricas. Pero, a pesar de ser personas con discapacidad, las dificultades que encontramos fueron más comunes del emprendimiento que de ser personas con discapacidad.
Hoy en día, el desafío es encontrar perfiles cualificados dentro del mundo de la discapacidad. Solo un 2 o 3% de las personas con discapacidad tienen estudios superiores. Así que, a medida que crecemos, hemos tenido que hacer un esfuerzo mayor para encontrar a las personas adecuadas.
C: Mencionáis un concepto llamado «diseño a ciegas». ¿Cómo describirías el proceso creativo detrás de este concepto?
D: El concepto de diseño a ciegas ha evolucionado mucho. Al principio, nos enfocamos muchísimo en el aspecto social de las zapatillas, buscando materiales que se pudieran identificar fácilmente por el tacto. Queríamos que cada zapatilla tuviera una historia, por ejemplo, un modelo que recordaba a la hierba o al tronco de un árbol.
Pero, a medida que avanzamos, nos dimos cuenta de que también somos una marca de moda, no solo un proyecto social. Para seguir creciendo, necesitamos ofrecer productos de la mejor calidad y con un diseño que también sea atractivo para el público general, sin perder nuestra esencia inclusiva. Así que ahora, aunque seguimos manteniendo los elementos de accesibilidad como el Braille y los contrastes de colores, también estamos muy atentos a las tendencias de moda.
C: ¿Qué importancia tiene el braille en vuestros diseños y cómo lo habéis integrado en el ADN de la marca?
D: El Braille es todo para nosotros. Nacimos del equipo de fútbol para ciegos, por lo que el mundo de los ciegos tiene una gran relación con la empresa. Aunque somos una empresa formada por personas con discapacidad, yo soy el único ciego que queda en plantilla, pero el Braille representa nuestra esencia. Es un símbolo de accesibilidad.
Además, el Braille no solo está en la zapatilla; queremos que todo nuestro packaging sea completamente accesible e inclusivo. En todas las zapatillas siempre incluimos una carta de agradecimiento a los clientes por haber comprado Timpers y por haber colaborado con el proyecto, y esa carta viene tanto en tinta como en Braille para que todo el mundo la pueda leer. También en las cajas aparece Timpers en Braille.
El Braille, para nosotros, es una reivindicación de accesibilidad, de que nuestras zapatillas son para todos. Cuando ves Braille en nuestras zapatillas, sabes que son Timpers. Puede que no sepas exactamente qué pone, pero ya reconoces la identidad y el sello de la marca.
C: ¿Habéis recibido feedback de usuarios que os haya sorprendido o emocionado?
D: Sí, la verdad es que hemos recibido muchísimo feedback, tanto sobre el diseño como sobre el proyecto en general. Hay gente que directamente nos ha dado las gracias por pensar en todos, por hacer unas zapatillas accesibles para todo el mundo. Algunas personas nos han contado que compraron las zapatillas para sus hijos pequeños, que tenían alguna discapacidad visual, y nos enviaron vídeos de sus hijos abriendo las zapatillas y leyendo la carta en Braille. Se emocionaban mucho. Incluso hay quienes nos han pedido personalizar la carta para sus hijos, por ejemplo, para regalarles unas Timpers por su cumpleaños, pidiéndonos si podíamos incluir una carta en Braille felicitándolos.
La gente realmente ve todo esto mucho más allá de lo que es una simple marca de zapatillas. Como te decía, siempre hemos tenido que luchar con los medios de comunicación, porque a veces insisten en definir nuestras zapatillas solo como «zapatillas para ciegos». Pero yo siempre aclaro que no son solo para ciegos, sino que tienen unas características que las hacen inclusivas y accesibles para todos. Las zapatillas son para todo el mundo.
De hecho, la primera experiencia física que tuvimos fue bastante curiosa. Tuvimos un pop-up en un centro comercial, y un hombre salió de una tienda de calzado donde había comprado unas zapatillas y se acercó a nuestro stand para que le contara el proyecto. Media hora después, volvió y me dijo: «Mira, te lo tengo que reconocer, he ido a devolver las zapatillas que me compré para llevarme unas vuestras, por todo lo que transmitís». Eso fue muy especial. La gente realmente se siente conectada con lo que hacemos, y eso me llena de satisfacción. Por suerte o por desgracia, me he convertido en la cara de la marca, porque soy el que aparece en los vídeos, en todos los contenidos, y no hay día que pase por Valencia sin que alguien me pare para preguntarme por las zapatillas. Es muy gratificante saber que lo que estamos haciendo tiene un valor real y que la gente lo aprecia. Es muy bonito.
C: ¿Qué impacto has observado en la vida de las personas que forman parte de vuestro equipo?
D: He notado que cada persona que entra en Timpers tiene un sentido de pertenencia enorme. Es más que un trabajo para ellos, es un lugar donde se sienten valorados. Muchas veces, las personas con discapacidad no encuentran igualdad de oportunidades en otras empresas, y eso afecta a su autoestima. Aquí, nosotros buscamos potenciar sus capacidades. Y una vez que aprenden las tareas, son tan eficientes como cualquiera.
Además, trabajar en un entorno inclusivo permite una mayor empatía, porque todos tenemos algo en común: sabemos lo que es enfrentarse a una dificultad. Eso crea un equipo muy unido. Al final, nuestra filosofía de que «importan más las capacidades que las discapacidades» se interioriza.
C: ¿Cómo hacéis para que la inclusión no sea solo la filosofía de la marca, sino una realidad en todas las etapas del negocio?
D: Primero, desde el propio equipo de trabajo. Los tres socios fundadores tenemos alguna discapacidad, y esto es algo que hemos proyectado desde el principio. También en nuestra comunicación. Desde el primer momento, siempre hemos intentado tratar la discapacidad con normalidad, sin tabúes, riéndonos de nosotros mismos, pero sin cruzar la línea. Queremos que la gente vea que no estamos buscando lástima, simplemente hacemos las cosas de forma diferente.
Además, estamos constituidos como un Centro Especial de Empleo, lo que significa que al menos el 70% de nuestra plantilla tiene alguna discapacidad. Esto no es solo un lema; es algo tangible y verificable. También hacemos colaboraciones con otras organizaciones para seguir demostrando nuestro compromiso. Por ejemplo, hemos trabajado con la Fundación Levante, que tiene un equipo de chicos y chicas que practican deporte adaptado. Les dimos un código de descuento para nuestras zapatillas y, además, donamos los beneficios de esas ventas a un club de natación adaptada de Alicante para que pudieran competir más.
Al final, nuestra misión es vender zapatillas, pero nuestro propósito es incorporar a las personas con discapacidad al mercado laboral, eliminar estereotipos y demostrar que la discapacidad suma. Todo lo que hacemos está alineado con este propósito.
C: Y, respecto a la sostenibilidad, ¿cómo integráis este valor junto con la inclusión en vuestro modelo de negocio? ¿Se pueden combinar?
D: Hoy en día, creo que es imposible avanzar sin tener en cuenta el triple impacto: social, medioambiental y económico. Las empresas que no lo hagan están fuera. La gente hoy en día busca marcas con conciencia social, que se preocupen por el impacto que tienen en el mundo. Y no tendría sentido que una empresa como la nuestra, que se define por su impacto social, no se preocupase también por el medioambiente.
Nosotros, por ejemplo, desde 2020, lanzamos nuestra primera colección con materiales reciclados. Siempre que podemos, usamos materiales reciclados y sostenibles. Aunque es cierto que si un modelo no puede ser 100% reciclado porque los materiales no se comportan bien, intentamos que al menos sea un 80%. Lo que tenemos claro es que la calidad nunca puede verse comprometida. Si un modelo no es de la mejor calidad posible, no lo lanzamos.
La sostenibilidad y la inclusión son dos pilares de nuestra marca, y estamos convencidos de que deben ir de la mano. Creemos que es nuestra responsabilidad cuidar del planeta, y que hacerlo no solo es necesario, sino que también aporta a la identidad de la marca.
C: ¿Qué rol juega la producción local en España dentro de vuestros compromisos de sostenibilidad y calidad?
D: Es cierto que hemos tenido que trasladar parte de la producción fuera de España, porque, por razones de costes, la producción local se hace muy difícil, sobre todo para empresas pequeñas como la nuestra. Aunque nuestra base de operaciones sigue estando aquí, llevar toda la producción a España sería inviable si queremos seguir creciendo.
Eso no significa que comprometamos la calidad. Siempre buscamos los mejores estándares, y, aunque parte de la producción se haga fuera, aseguramos que los materiales sean de primera calidad y que el proceso de fabricación cumpla con nuestros valores de sostenibilidad. Por supuesto, también tenemos en cuenta la huella de carbono y el impacto ambiental en nuestras decisiones de producción. Pero, al final, no podemos depender solo del e-commerce; necesitamos expandirnos a otros canales, como las tiendas físicas, y para eso necesitamos márgenes más amplios, lo que hace que parte de la producción se traslade fuera.
C: ¿Cómo te imaginas Timpers en los próximos cinco años? ¿Hay algún proyecto o colaboración que te emocione especialmente?
D: Me encantaría abrir nuestras propias tiendas físicas. Creo que la experiencia de tocar y sentir las zapatillas en persona sería algo espectacular. Ahora mismo tenemos la oportunidad de abrir una tienda temporal en el centro comercial Gran Vía de Hortaleza, en Madrid, hasta el 31 de marzo, gracias a un premio que ganamos. Pero me gustaría mucho que, en el futuro, podamos tener tiendas permanentes donde las personas puedan ver y sentir las zapatillas. Además, seguir creciendo como empresa, seguir contratando a personas con discapacidad, y demostrar que, al final, la discapacidad suma.
Uno de los proyectos más ambiciosos en los que estamos trabajando es el calzado de seguridad. Hemos desarrollado un modelo con su certificación y homologación. Como somos un centro especial de empleo, las empresas que necesiten cumplir la ley de reserva de empleo para personas con discapacidad pueden comprar nuestros productos, lo que les permite cumplir con la cuota exigida sin tener que contratar directamente. Es una forma en la que les ayudamos a cumplir con la normativa y, al mismo tiempo, generamos un impacto social importante. Creemos que, a partir del próximo año, este segmento de calzado de seguridad tendrá un peso muy grande dentro de nuestro negocio.
C: Por último, ¿qué consejo le darías a otros emprendedores que quieren integrar valores sociales en sus proyectos sin comprometer su éxito empresarial?
D: Creo que, hoy en día, el emprendimiento con valores está muy arraigado, y la gente lo busca. Si tienes unos valores claros, si sientes de verdad esa conexión con lo que haces, no lo pienses. Hazlo. Cuando esos valores están integrados en tu proyecto, la gente lo nota. No se trata de encontrar una fórmula mágica; se trata de ser auténtico y transmitir lo que siente.
La gente responde a la autenticidad y, si lo haces con pasión, los resultados llegan. Así que, para mí, el consejo es: deja que tus valores fluyan y guíen lo que haces, porque cuando eso pasa, todo encaja.