La capital, como el resto del territorio español, vivió este verano una situación histórica, también en materia de turismo. Sus números se redujeron drásticamente, y, con ello, los comerciantes temían que las ventas se vieran afectadas. Pero, en muchas zonas de la ciudad, sus habitantes consiguieron liderar la recuperación del consumo local. Así lo indica el último índice TrueBroker: a pesar de la caída de un 55% de afluencia en los comercios, debido a la pérdida del turismo, se recuperó un 75% respecto al año anterior.
El iTB mide el valor comercial de los locales. Para ello, utiliza variables como la afluencia de público y el consumo de los ciudadanos. “Las empresas y el comercio tienen una importante función social, y son claves en la recuperación económica y en el estado de ánimo de la ciudad”, afirma Pablo Beltrán, CEO de TrueBroker en un comunicado.
Las razones del cambio a un consumo local
Un número elevado de madrileños, debido a las sugerencias y restricciones sanitarias, pasaron sus vacaciones en su ciudad. Así se explica que, a pesar de quedarse en casa, consumieron más. Este consumo local en la capital ha supuesto grandes esperanzas para la recuperación total de la actividad económica. La consultora calcula que con el regreso del 30% de los turistas, podría recuperarse la actividad previa al Covid en un 100%, de continuar este ritmo.
Por qué ayudar a los comercios de proximidad
Desde el comienzo de la pandemia, han surgido iniciativas para ayudar a los comercios de proximidad, como una manera de empoderar a los pequeños emprendedores y de encaminarnos hacia una reconstrucción de la economía, fortalecida por valores sostenibles y circulares.
La capital, cuya cultura y vida se vuelve rica en gran parte gracias a la diversidad de sus barrios, creó la campaña Seguimos en el barrio gracias a ti, para fomentar este tipo de consumo local.
Pero, ¿qué ventajas tiene para nosotros el comercio de proximidad?
1. El trato personalizado
Todos hemos tenido que lidiar alguna vez con una grabación eterna de aquella canción terrible de los años 90 cuando llamamos a atención al cliente. O, peor aún, con un “robot” que no nos comprende por más claro que gritemos “¡U-NO!” para información sobre el servicio o “¡CIN-CO!” para devolución de un producto.
Y, si tenemos suerte, también hemos pasado por la experiencia de acercarnos a una tienda de barrio, y hemos acabado charlando con la persona detrás del mostrador y compartiendo inquietudes e impresiones personales. Y es que cuando hablamos cara a cara, nos miramos a los ojos, y aunque llevemos puesta la mascarilla, el contacto humano no tiene precio.
2. Una oportunidad para los emprendedores
El emprendimiento de una persona que se ha arriesgado para llevar a cabo un pequeño sueño, que con suerte y empeño se puede volver muy grande, no sólo es admirable. También ayuda a dinamizar la economía, a generar posibilidades para los consumidores que antes no existían y, por supuesto, a la recuperación del país.
3. Creación de puestos de trabajo
En un momento en el que el paro se sitúa en su propio estado de alarma, apoyar al pequeño comercio fomenta la creación de trabajo.
>>> Las PYMES (y autónomos) son responsables en España del doble de empleos que las grandes empresas
Y es que, a pesar de que las grandes corporaciones puedan tener números muy elevados de trabajadores, lo cierto es que las PYMES (y autónomos) son responsables en España del doble de empleos que las grandes empresas. En total, un 66%. A nivel global, este número llega al 70%, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
4. El dinero se queda en casa con el consumo local
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), “el dinero que se gasta en el pequeño comercio revierte hasta tres veces más en la comunidad que el gastado en una gran superficie”. Es decir, que al consumir local, el dinero tiene un efecto multiplicador.
Cuando un consumidor gasta dentro de su economía regional, genera riqueza, contribuye con el pago de impuestos locales, como mencionamos arriba, genera más puestos de trabajo para esa comunidad y aumenta el turismo y el emprendimiento. En cambio, cuando un consumidor gasta en grandes multinacionales, el dinero tiende a irse mucho más rápido de la comunidad, por lo que contribuye en menor medida al desarrollo de las economías locales.
Así, por cada 100 euros gastados en un comercio local, se calcula que entre 63 euros se quedarán en la comunidad. En una cadena nacional, sólo 40 euros se quedan en la misma comunidad, según The Guardian.
Tenemos mucho poder como consumidores, por eso, nuestras decisiones son capaces de recuperar la economía. Nuestra propuesta: el consumo local, productos de Km. 0 o producidos en tu comunidad. Así, el esfuerzo se verá recompensado con una economía más fuerte, resiliente y respetuosa con el medio ambiente. Pensando en «global» apostamos por lo «local», para acercarnos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.