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CORONAVIRUSMAKERS

Coronavirus Makers: producción de viseras y mascarillas con impresoras 3D

Inés, estudiante de ingeniería, participa en la iniciativa Coronavirus Makers para ayudar en la producción de equipos de protección sanitarios con su impresora 3D

A Inés Acinas (22 años), la crisis del coronavirus le ha pillado en su último año de universidad. Estudia Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo de Producto en la UVA (Universidad de Valladolid) y, como a tantísimos otros, la pandemia le ha truncado sus últimos meses universitarios. Al comenzar el confinamiento, muchos estudiantes se sintieron invadidos por la incertidumbre de no saber qué iba a ser de ellos en los próximos meses.  Pero Inés, en vez de preocuparse por su futuro cercano, decidió centrarse en el presente y formar parte de Coronavirus Makers para ayudar en la lucha contra el COVID-19.

Coronavirus Makers es una de las muchas iniciativas solidarias que han surgido durante la pandemia. El objetivo de esta es animar a todo aquel que tenga una impresora 3D en su casa a producir equipos de protección como viseras o mascarillas para hacer frente a la escasez de estos materiales en los centros de salud.

Inés cuenta por Skype cómo se enteró de este proyecto y por qué decidió involucrarse en él. Asegura que conoció la iniciativa en redes sociales: “La primera vez que lo vi fue en Twitter, lo puso un conocido”. Al disponer en su casa, en Palencia, de una impresora 3D, lo tuvo claro: “Lo vi y se lo comenté a mi padre porque la impresora es suya”. Con el permiso de su padre, tomó la decisión de involucrarse en el proyecto con esa misma seguridad con la que habla ahora de él: “Fue automático, en el momento en el que estás en esta situación y tienes medios a tu alcance (…), ayudas”. Al día siguiente, le llegó de nuevo la noticia a través de su universidad y del Colegio de Ingenieros. “Para entonces, ya teníamos la impresora calibrada”, añade con una sonrisa.

La futura ingeniera reconoce el papel crucial que tienen las redes sociales en momentos de crisis. A pesar de que haya una parte de la sociedad que se dedique a crear bulos y a extender el miedo entre la población, apunta que iniciativas como Coronavirus Makers no hubieran tenido el alcance que han llegado a tener si no fuese por estas plataformas. “Yo creo que al final la parte buena gana si eres capaz de dejar de lado la mala”, añade. De hecho, los voluntarios de este proyecto se comenzaron a organizar en Telegram, una aplicación de mensajería instantánea.

Al principio, la organización se hacía por comunidades autónomas. Todo empezó a surgir alrededor de empresas que se dedican a la impresión 3D y, a partir de ahí, se fueron sumando voluntarios. “Al ser una iniciativa ciudadana hay un poco de caos según donde te metas. No por mala organización, sino simplemente porque hay mucha gente”, cuenta Inés. Después, para que todo funcionase mejor, los grupos de Telegram se dividieron por provincias. En el caso de Inés, pasó del grupo de Castilla y León al grupo de Palencia: “Palencia es más pequeñita y se organiza mejor”.

En el grupo en el que participa Inés cuenta con 198 miembros haciendo pantallas de protección al mismo tiempo. Para hacer una visera, Inés necesita unas dos horas. Una vez se consigue la versión definitiva, el proceso es sencillo, basta con preparar la impresora y esperar. Pero al disponer de una única impresora 3D, el ritmo de producción es algo lento. En total, ha conseguido hacer ya más de 20 viseras. Además, su padre, profesor de instituto, cuenta con un par de impresoras más en el centro educativo donde imparte clases que también se están poniendo en marcha para aumentar la producción. Después, un guardia civil se encarga de recogerlas y de entregarlas en los centros de destino. Al preguntarle por el coste que le supone, afirma que lo que más se gasta es electricidad, pero que es momento de ayudar y que todo lo demás es secundario.

Como estudiante de ingeniería, Inés argumenta que la producción de viseras no es comparable a de los respiradores. La visera, al final, es solo una pantalla de acetato que necesita una sujeción para la cabeza. “Un respirador ya sí que necesita ingeniería, sello de calidad, homologación. Por eso, la fabricación de respiradores está tardando más y es más costosa”.

Los materiales de protección que Inés, su padre y miles de voluntarios en toda España están fabricando estos días desde sus casas son indispensables para la seguridad de los sanitarios. Inés concluye que saber que está colaborando en la lucha contra el coronavirus le ayuda “a nivel de conciencia” durante la cuarentena.

Si alguien tiene una impresora 3D y quiere unirse a esta iniciativa, solo tiene que buscar el grupo de Telegram de su provincia: @cv19_fab_  (+ provincia). Por ejemplo, @cv19_fab_palencia.

Captura de la app Telegram.

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