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Daniel San Román (director de Reset): «Supimos afrontar las adversidades con buen humor y actitud, lo que nos permitió sacar lo mejor de cada momento».

Reset con Xuan Lan es más que un documental, es una experiencia de cambio y conexión.

En esta entrevista con Francisco Nieto, su director, Daniel San Román, nos habla sobre los desafíos del rodaje, la magia de los momentos espontáneos y el aprendizaje personal que le dejó el proyecto.

Un vistazo íntimo a la esencia de Reset y su impacto.

¿Cuántas personas formaron el equipo de filmación?

El equipo fue pequeño pero muy eficaz.

En rodaje, contábamos con un director de fotografía que también operaba la cámara principal (Jesús Perujo), un segundo operador de cámara (EduSamper), un sonidista, una persona de producción, un runner local y un Dit (Vicky).

En la oficina, tuvimos a dos redactoras, una coordinadora de montaje, otra persona de producción y un
editor por cada episodio, además de Laura, nuestra guionista. Sergio, el productor ejecutivo,
vino a algunos viajes y fue un apoyo constante en todo el proceso. Y, por supuesto, Xuan Lan y
yo estuvimos involucrados en todo el proyecto. Un equipo pequeño, pero con un trabajo
conjunto que realmente marcó la diferencia. 

¿Cómo te sientes al haber completado este proyecto tan personal y profundo?

Es complicado ponerlo en palabras porque, en muchos casos, el proceso creativo es tan único
que no siempre se puede explicar de manera racional. Pero lo que sí sé es que «Reset con Xuan
Lan» ha sido una experiencia de aprendizaje constante, tanto para mí como para el equipo. Lo
que más me ha impactado es la conexión que hemos logrado entre nosotros, el equipo, y la
forma en que cada uno aportó su visión personal al proyecto. No se trata solo de lo que se
muestra en pantalla, sino de lo que se vivió durante cada día de rodaje, de cada conversación,
de cada reto. El proceso ha sido muy enriquecedor y el resultado final refleja esa energía
colectiva. Así que, en general, me siento increíblemente agradecido por todo lo que hemos
logrado y también por lo que me ha enseñado este proyecto. 

¿Cuál era vuestro plan de trabajo en cada retiro?

El plan era simple: grabar tanto como fuera posible en esos 5-6 días. Teníamos un plan de
rodaje establecido, pero siempre dejábamos espacio para la improvisación. Sabíamos que los
momentos espontáneos y las sorpresas que surgieran en el camino eran parte esencial de la
experiencia, así que procurábamos estar abiertos a capturarlos sin perdernos nada. La aventura
nos brindó muchos momentos únicos que no estaban en el guion, y eso fue lo que realmente le
dio magia al proyecto. Ademas de la idiosincrasia y paisajes de cada lugar siendo un
protagonista más en cada episodio.

¿Quedó mucho material sin filmar?

La verdad es que el equipo trabajó muchísimo, se echaron muchas horas y no tengo la
sensación de que haya quedado algo fundamental sin filmar. Sí echo en falta un poco más de
tiempo para poder sumergirnos aún más en el entorno, no solo en los retiros, pero en general

todo funcionó de maravilla. El equipo, siempre un 10. Supimos afrontar las adversidades con
buen humor y actitud, lo que nos permitió sacar lo mejor de cada momento.

¿Es posible que la serie disfrute de una continuación?

Ojalá, todos estamos encantados con la idea de una segunda temporada.
Los tres capítulos se hacen muy cortos… 

¿Cuál fue el reto más extremo al que te tuviste que enfrentar a la hora de filmar el documental?

La verdad que definir reto extremo un rodaje de este tipo, no lo considero, el calendario de
producción quizá fue el reto más extremo, ya que era muy exigente y tenía que estar viajand
mientras visionaba, pre producía el siguiente episodio y así. Pero ahora mismo no lo veo como
un reto extremo, probablemente en su momento sí lo fue 😉

 ¿Participaste de las experiencias más extremas, como las que se pueden ver en el tercer capítulo?

Participe de todo porque estuve presente pero no las viví. 

¿Las espectaculares tomas submarinas del capítulo filmado en Shambalanté (México)? ¿También las filmaste tú?

En ese momento tuve la gran suerte de disfrutar buceando en el Cenote, nuestro cámara
subacuático, que era buenísimo —como se puede ver en las tomas—, tenía un traje extra para
bucear (de mi talla) y bombona, por lo que tuve la suerte de poder hacer una inmersión en el
cenote. Eso fue uno de los grandes momentos personales, la luz allí era magnífica.

¿Nos puedes explicar un poco en qué consiste tu web Good4Good y cuáles serán vuestros próximos proyectos?

Www.Good4Good.es es un proyecto muy personal que nace con la idea de resaltar las buenas
noticias y todo lo positivo que ocurre en el mundo. A través de vídeos, reportajes y artículos,
queremos poner el foco en las personas, organizaciones y entidades que están haciendo del
mundo un lugar mejor.

También tenemos un podcast llamado “Estamos muy verdes”, centrado en sostenibilidad, con el cual recibimos el Premio Más Orange de Nuevas Narrativas Audiovisuales en el mundo de la sostenibilidad, presentado por Irene Baños e Isabel Moreno. 

Este proyecto estuvo guardado en un cajón desde 2014 con el nombre de Optimismo TV, pero
después de la pandemia lo transformamos en Good4Good.

Es la RSC de mi agencia y productora, Cut, y estamos muy orgullosos de poder mantenerlo vivo. 
La idea es que sea un espacio abierto, democrático, donde cualquiera pueda tener voz.
Invitamos a las personas a que visiten la página web, compartan información, envíen artículos y
participen. Queremos que este proyecto sea una plataforma para amplificar el lado positivo del
mundo. ¿Qué os parece escribir sobre cine en g4g? 

¿Nos puedes hablar un poco de Baratometrajes, otro de tus proyectos?

“Baratometrajes”, es un proyecto muy personal que dirigí junto a Hugo Serra en 2012.

La película vio la luz en el Festival de Gijón en 2014 y, a lo largo de los años, ha estado disponible
en plataformas como Filmin, Netflix, Disney+ e incluso Amazon Prime Video en algún momento.
Es una reflexión sobre el estado de salud del cine español en una época en la que Instagram
apenas comenzaba a despegar y las redes sociales no tenían el impacto que tienen hoy en día.
La película ofrece una radiografía certera del cine de bajo presupuesto español en ese
momento, con un enfoque en ese cine más pequeño que, a pesar de ser un documental
humilde, nos ha dado tantas alegrías. 


 El proyecto ha viajado mucho por el mundo: Marsella, Berlín, Londres, Colombia… y le tengo
un cariño muy especial. Con el paso de los años, las plataformas digitales han cambiado el juego
por completo. Tanto es así que, si ahora nos lo planteáramos, podríamos hacer una tercera
parte de “Baratometrajes”, ya que en estos 13 años que han pasado desde el rodaje de
“Baratometrajes 2.0: El Futuro del Cine Hecho en España”, la situación ha cambiado
radicalmente.

¿Qué tal tu relación con Xuan Lan durante el tiempo que duró la filmación?

Trabajar con Xuan Lan fue fantástico. Es una gran profesional y tiene una energía que transmite
mucha paz. Siempre nos llevamos bien y tuvimos una comunicación muy fluida. La verdad e
que hubo una química increíble entre nosotros a nivel profesional, con mucho respeto y
entendimiento. Eso se refleja, sin duda, en el resultado final del documental. Tengo mucho
cariño por Xuan, y a día de hoy seguimos teniendo una excelente relación. Tuvimos muchas
charlas, hablamos de su visión, de los conceptos que ella quería plasmar, y yo espero haber
podido hacer lo mismo con ella. 
Lo cierto es que fue muy fácil trabajar con ella; sus ideas siempre estaban muy claras, todo
estaba muy bien procesado y analizado, lo que ayudó mucho durante la fase de pre-
producción. 

En el rodaje, todo fue maravilloso, jamás tuvimos diferencias de opinión, y todo fue fluido y
armonioso. Si pudiera, volvería a rodar con ella un millón de veces.  

Desde fuera parece ser una persona que transmite mucha paz y armonía…

¿Cuál fue el momento de la serie en el que disfrutaste más?

Es difícil elegir solo un momento porque hubo muchos, pero diría que el cenote fue uno de los
más especiales. También el baño en el lago de Sri Lanka, en Ulphota, fue maravilloso, y la
ceremonia de fuego en Shambalanté me dejó impresionado, ver a muchas personas en un
trance cantando y bailando alrededor del fuego, los chamanes en Sri Lanka. En realidad, todo el
viaje fue increíble, cada momento aportó algo único y lo he guardado como una gran memoria.
Es un proyecto holístico con pequeños momentos que han quedado grabados en mi memoria.  

Después de finalizada la filmación, ¿qué aprendizaje a nivel personal dirías que te ha aportado Reset?

Creo que lo que más aprendí fue la importancia de cuidar de ti mismo, escucharte y tratarte
con cariño. Hay que ir despacio, darte tiempo y abrazar el desapego. 
Reset me enseñó a conocerme mejor, a entender que menos es más y a vivir de forma más
tranquila, con un enfoque más pausado y consciente. Todo eso lo aprendí a través de este
proyecto, y aunque hay mucho más, esas son las lecciones principales que me llevo.

Autor Francisco Nieto Sánchez

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