Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
1366_2000

De ferretería a restaurante recomendado por la guía Michelin

Este restaurante tan particular se inauguró en 2019 en la calle de Atocha y permite a sus visitantes disfrutar no sólo de una gastronomía de alto nivel, sino del arte que decora el interior y una historia única en su ciudad.

Antonia Escapa, conocida por todos como Toñi, compró este local en 2016 a Maria Jesús Garcia, propietaria de la ferretería más antigua de Madrid, con la promesa de que la dejaría lo más parecida posible a como la tenía su familia desde que empezó el negocio. 

Un restaurante con historia en su interior

Y no es para menos. El aspecto del local de 1888 es espectacular: un mostrador de madera  con elementos originales como muebles y artículos de ferretería impregnan de un aura única el lugar. Esto fué uno de los motivos que llevó a Toñi a conocer el local, ya que es miembro del consejo de mecenazgo de la Fundación Museo Reina Sofía además de una gran coleccionista.

Y por si fuera poco, decidió añadir parte de su colección de arte personal para compartirla con todo el mundo y poder disfrutar del arte de una forma más informal. Esto lo combina con pequeños materiales que dejó la dueña original que junto a antigüedades personales, crean una decoración muy especial en el local. 

Fuente: Decoesfera

Una carta entre la alta cocina y las tapas de toda la vida

Diego Ferrer ha participado en el ámbito gastronómico en este restaurante que supone un reto: cuenta con 3 espacios diferenciados. En la entrada se puede tomar un vino con alguna tapa, almorzar o cenar. En la antigua trastienda tenemos una cocina y mesas altas, y al bajar las escaleras y pasar por un pequeño patio, llegamos a los salones, donde al final de un pasillo se terminan de preparar algunos de los platos delante de los comensales. 

Además la carta tiene una gran calidad y en ella se ha decidido utilizar tan solo producto nacional, con pescado proveniente de Pescaderías Coruñesas y embutido de León. Desde tapas muy tradicionales como patatas bravas, croquetas o torreznos (con precios entre 6 y 8,5€) hasta algunas más elaboradas como la oreja de cerdo laminada y sellada con salsa romesco y chimichurri o platos elaborados como el bacalao al pil-pil o la costilla de ternera guisada y asada.

Sin duda, la dueña de la ferretería puede estar absolutamente orgullosa de cómo se está llevando el negocio, ya que aparte de respetar la promesa de conservar al máximo el aspecto en el interior del local, se conserva la esencia del trabajo bien hecho y la pasión por su oficio. 

Comparte

Únete a nuestra Newsletter​

Recibe cada semana una selección de nuestras historias más inspiradoras.

Buscar

Contenidos

Colabora

Quiero Patrocinar

¡Buscamos Voluntarios!

Únete a nuestra Newsletter

Recibe cada semana una selección de nuestras historias más inspiradoras.