Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Deseo mimético | Fuente: Imagen de archivo

La teoría del deseo mimético ¿Queremos lo mismo que los demás?

En el constante afán por comprender la complejidad de la psique humana, la teoría del deseo mimético ha surgido como un enfoque revelador sobre la dinámica social y la formación de deseos individuales. Desarrollada por el pensador francés René Girard, esta teoría propone que gran parte de nuestros deseos no son intrínsecos, sino imitaciones de los deseos de los demás.

Según Girard, el deseo mimético surge de la imitación consciente o inconsciente de los deseos de otros individuos. De hecho, el autor recoge que desear lo que otros desean es la fuente de los enfrentamientos humanos.

René Girard | Fuente: Universidad de Stanford

En un mundo cada vez más dominado por el social media, esta idea toma relevancia. Estamos cada vez más conectados, con la influencia de las redes sociales, la publicidad y los medios de comunicación, las interacciones personales se entrelazan en la construcción de nuestras aspiraciones.

Las redes sociales alimentan el deseo mimético

En los últimos años el deseo mimético se ha visto influenciado, en particular, por las redes sociales. A través de ellas, somos bombardeados con narrativas de vidas aparentemente perfectas, creando en nosotros un ciclo de aspiraciones que dependen de lo que es popular o está aceptado socialmente.

Observamos a figuras públicas que viven en destinos paradisíacos, influencers que nos dicen cuales son las últimas tendencias en belleza, moda y música. Y, además, todo lo tenemos a un clic, desde las últimas innovaciones en tecnología hasta lo que vas a comer hoy.

Una ‘falsa’ conexión

Este fenómeno, aunque puede generarnos una sensación de conexión, también tiene una parte negativa, refuerza la pérdida de autenticidad en la búsqueda de la felicidad.

No es similar compararse con un amigo o familiar a compararse con una estrella de Hollywood, pero las plataformas online están difuminando esa barrera. En la segunda comparativa, debemos asumir que el modelo puede resultarnos inalcanzable. Además, nada asegura que, de conseguirlo, es lo que realmente queríamos.

Podemos enriquecer nuestra vida

Eso sí, la teoría del deseo mimético no solo destaca los aspectos negativos de la influencia social. Girard sugiere que la imitación también puede ser una fuerza positiva, si lo conducimos a la cooperación y al aprendizaje.

Esto implica que al observar y adoptar patrones de comportamiento saludables y constructivos de aquellos que admiramos, podemos enriquecer nuestra propia experiencia de vida.

En definitiva, la teoría del deseo mimético nos ofrece una perspectiva fascinante sobre la interconexión entre las personas y la formación de nuestros deseos. Si bien la influencia social puede moldear nuestras aspiraciones de maneras complejas, también presenta oportunidades para el crecimiento personal y la construcción de sociedades más cooperativas.

Es por ello que desde Good4good os invitamos a entender y reflexionar sobre la influencia de los demás en la búsqueda de nuestros objetivos y felicidad. Tomar decisiones más conscientes y auténticas, nos libera de las cadenas de la imitación a ciegas, sin sentido y de modelos perjudiciales para nosotros.

Comparte

Únete a nuestra Newsletter​

Recibe cada semana una selección de nuestras historias más inspiradoras.
Buscar

Contenidos

Colabora

Quiero Patrocinar

¡Buscamos Voluntarios!

Únete a nuestra Newsletter

Recibe cada semana una selección de nuestras historias más inspiradoras.