Las desaparición forzada, una estrategia cruel destinada a infundir terror en la población, genera una sensación de inseguridad que no se limita solo a los seres queridos de la víctima, sino que se proyecta como una sombra sobre toda la comunidad y la sociedad en su conjunto.
Este fenómeno se ha convertido en un desafío global que va más allá de las fronteras y afecta a múltiples rincones del mundo. Ya no se restringe a las épocas de dictaduras militares pasadas; en la actualidad, su alcance se extiende a situaciones complejas de conflictos internos, utilizándose como una herramienta de represión política para acallar a oponentes.
Nos preocupa:
- El hostigamiento que enfrentan los defensores de derechos humanos, las familias de las víctimas, los testigos y los abogados que luchan por los casos de desaparición forzada.
- La utilización de la lucha antiterrorista como excusa por parte de los Estados para eludir sus responsabilidades.
- La impunidad que persiste en torno a esta práctica, que permite que los perpetradores evadan la justicia.
Es crucial prestar especial atención a los grupos más vulnerables, como los niños y las personas con discapacidad. Más de cientos de miles de individuos han desaparecido en conflictos y periodos de represión en al menos 85 países alrededor del mundo.
El Origen de la desaparición forzada
El 21 de diciembre de 2010, en respuesta al crecimiento alarmante de desapariciones forzadas en diversas regiones, la Asamblea General adoptó la resolución A/RES/65/209. Esta resolución no solo expresó preocupación, sino que también celebró la ratificación de la Convención Internacional para la protección contra las desapariciones forzadas. Así nació el 30 de agosto como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, conmemorando desde 2011 a quienes han padecido esta cruel afrenta a la humanidad.
Definición
La Declaración sobre la Protección contra las Desapariciones Forzadas define esta tragedia como el arresto, detención o traslado en contra de la voluntad de un individuo por parte de agentes gubernamentales, grupos organizados o particulares en nombre del gobierno. Además, se ocultan la suerte y el paradero de la víctima, dejándolas indefensas y excluidas de la protección legal.
Las Cicatrices de la Desaparición
Las víctimas, a menudo sometidas a tortura y viviendo constantemente bajo la amenaza de perder la vida, junto con sus familiares, se balancean entre la esperanza y la desesperación, llevando consigo el peso de la incertidumbre durante años. Aunque sobrevivan, las heridas físicas y psicológicas persisten como testigos de la deshumanización y la crueldad que las acompañaron.
Solidaridad con los afectados
Los amigos y familias de las víctimas sufren una angustia indescriptible, sin certezas sobre el paradero y bienestar de sus seres queridos. Además de enfrentar el temor, asumen el riesgo de buscar la verdad y enfrentar represalias. La desaparición no solo roba vidas, sino también el sustento económico y la estabilidad de familias enteras, llevando a la marginación.
Los niños también sufren este tormento, perdiendo no solo a seres queridos sino también su identidad y derechos. Las comunidades se resienten al perder pilares familiares y al ver deteriorar las condiciones económicas y sociales de las familias.
En este Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, unámonos en solidaridad y denuncia. Que su dolor no sea olvidado y su lucha por la verdad y la justicia inspiren un mundo más humano y consciente.