Ecoalf es algo más que una simple marca de ropa. Ecoalf empezó como una visión sobre el plástico que inundaba nuestros mares. Y, de un momento a otro, pasaron a la acción.
En un pequeño pueblo de la costa este de España juntaron a tres pescadores. Cuando estos pescadores sacaban las redes del mar para recoger la pesca, también recogían plásticos que habían quedado suspendidos en nuestras aguas. En lugar de volverlos a tirar al mar, los recogían en un contenedor y los llevaban de vuelta al puerto. Este fue solo el principio.
Hoy Ecoalf, cuenta con más de 3000 pescadores que colaboran en su proyecto y han recogido alrededor de 600.000 toneladas de plástico del océano.
Suprarreciclando el océano
Cómo ya hemos mencionado en nuestras páginas, el suprarreciclaje es el reciclaje elevado a la enésima potencia. Reciclar sería volver a destinar a los residuos a lo mismo para lo que fueron diseñados en un primer momento. Por ejemplo, reciclar el vidrio de una botella para realizar con él otra botella. Suprarreciclar es ir más allá. Es exactamente lo que hace la empresa Ecoalf.
Arte creado a través de desechos metálicos industriales. O una resina capaz de transformar la luz del sol en energía eléctrica creada gracias a desechos vegetales. O, el proyecto de Ecoalf, sin ir más lejos.
La empresa suprarrecicla el plástico que contamina nuestros mares en ropa. Sí, lo habéis oído bien. Ropa que diseñan y fabrican ellos mismos. El proceso de transformación del plástico en hilo es todo lo simple que pueda parecer y, además, todo lo complejo que es haber llegado a esa idea. Como las buenas películas, es tan sencilla, que es perfecta.
El plástico recogido en el mar se funde y se calienta hasta conseguir un hilo resistente y de muy buena calidad. Es tan bueno y el resultado es tan espectacular que jamás diríamos que ha sido formado a través de materiales reciclados.
Por si esto fuera poco, Ecoalf no decidió quedarse ahí. ¿Cómo conseguir hacer que el producto final de Ecoalf sea aún más sostenible?
2500 litros de agua = 1 camiseta
Como sabemos, la industria de la moda es la segunda industria más contaminante del planeta. Esta industria es responsable de la contaminación del 20% del agua potable de nuestro planeta. También es la causa del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero que produce la humanidad. Pero Ecoalf no quería formar parte de estos porcentajes. De hecho, aquí tienes los suyos.
Ecoalf usa un 20% menos de agua, cuesta un 40% menos de energía fabricar sus prendas y emite un 50% menos de CO2 a la atmósfera. Todo ello relacionado con sus procesos de fabricación. Esto es todo un logro sabiendo lo que le cuesta al planeta que cada semana o cada mes se renueve la colección de prêt-à-porter del mundo. Cuesta 2500 litros de agua producir una camiseta y cada segundo un camión de prendas es enviado al vertedero o a quemar su carga.
Javier Goyeneche, presidente y creador de Ecoalf, menciona que “no tiene sentido el modo en el que usamos y desechamos nuestra ropa”.
Cuenta para el World Economic Forum que leyó como uno de las principales empresas de cultivo de algodón del mundo quemó una superficie de bosque para convertirla en un algodonal. Su objetivo era solo crear materia prima para camisetas que luego serán vendidas a 3 euros.
No tiene sentido. Y esto solo se debe a la demanda. Y eso es nuestra responsabilidad. La de todos. Por eso debemos insistir en cambiar nuestra forma de ver la moda. Muchas de las cosas que usamos no las necesitamos tanto y, además, si no queremos cambiar nuestros modos de consumo, lo que sí podemos hacer es reciclarlas. La tecnología existe y mejora cada día.
En palabras de Javier Goyeneche, “lo que haces ya no es importante. Ahora es mucho más importante cómo lo haces”. Debe existir un propósito entre todos los empresarios e innovadores del mundo que reme a favor de estos criterios. El mundo ya no necesita más de lo que siempre ha tenido. Necesita gente, empresas y naciones haciendo las cosas como nunca antes las hicieron. Pensando en los demás y en nuestro planeta.