El día 26 de enero se celebra internacionalmente el Día de la Educación Ambiental. Hoy es el día en el que debemos sensibilizar sobre la educación en el medioambiente. Para que las generaciones actuales y venideras siempre lo tengan presente durante su toma de decisiones.
Los días internacionales, que se celebraban mucho antes de que las organizaciones mundiales existieran, son un gran vehículo para la concienciación mundial. Su efecto en el mundo se centra en la promoción de las cuestiones a las que acompañan. Son un trampolín para la sensibilización.
Estamos inmersos en un proceso de cambio climático galopante. Consecuencia de este proceso puede llegar a ser la desaparición de muchas ciudades a través del calentamiento global y la subida del nivel del mar. Entre otras muchas cosas más, ya es consecuencia directa del cambio climático la misma pandemia por coronavirus que estamos viviendo.
Por estas razones, y para evitar la versión más distópica del peor futuro que podamos imaginar para nuestro planeta, debemos fomentar la educación medioambiental entre los más jóvenes. No hay una vacuna para el cambio climático. Solo podremos superarlo unidos y muy convencidos de que su efecto lo podemos parar gracias a medidas reales y acciones que todos podemos desempeñar.
Educación para toda la vida
El desarrollo sostenible es básicamente el desarrollo con conciencia sobre la limitación de los recursos de los que disponemos. Es decir, crecer e innovar siendo respetuoso con los recursos que se invierten en el proceso. Evitando su explotación sin control y su posterior desaparición. Estos conceptos deben estar en la mente de los más jóvenes y no deben desaparecer de la mente de los más mayores.
Es tiempo de educar en la protección del medioambiente. Pero como si fuera una materia más. Es el momento de hacer hueco en los horarios escolares para fomentar los usos que protegen a nuestro planeta en las generaciones que siguen. Todos, sin excepción, sin que importe nuestra edad ni nuestra posición, deberíamos educar y, muchas veces ser educados, en el respeto al medioambiente.
En la enseñanza más precoz se desarrollan valores y conductas que nos acompañan durante toda la vida. Ese momento es el momento idóneo para despertar el interés por el cuidado y la protección del medioambiente.
No es añadir un objeto de estudio. Se trata de crear un estilo de vida. En el futuro, y a través de la innovación y la creatividad, será parte de las herramientas que estas generaciones planteen para salvaguardar la integridad de nuestro planeta.
Aprendizaje empresarial
Empresas como la consultura medioambiental Green Globe creen que la educación ambiental es un trabajo que debe desarrollarse en el presente para recoger sus frutos en el futuro. Sus proyectos de educación ambiental constituyen herramientas didácticas fundamentales para sostener proyectos educativos en la sociedad. Y son solicitados y programados por asociaciones públicas y privadas con el interés de expandir el conocimiento y la conciencia por el interés al medioambiente.
Según Iberdrola y un estudio de la Universidad de Stanford del año 2017 la asignatura de educación ambiental beneficia a los escolares. El 83% de los estudiantes mejoró su comportamiento ecológico y el 98% amplió su conocimiento en otras materias como matemáticas y ciencias. Precisamente, esta compañía eléctrica ha puesto a disposición de todos los interesados una serie de recursos educativos para la enseñanza adecuada de las materias relacionadas con la educación medioambiental.
Por último, no debemos olvidar que la educación ambiental es una tarea que nos concierne a todos. La responsabilidad no solo debe caer en instituciones de enseñanza y en los padres. Esta toma de conciencia es un proceso de por vida y para que haya acciones todos nosotros debemos participar de él. Todos debemos marcarnos el objetivo de ser más responsables con nuestro planeta.
