Una de las vacunas más esperadas durante décadas. La ciencia, por medio de tratamientos, ha encontrado la manera de controlar y mejorar la vida de enfermos infectados de VIH. Ahora, la vacuna contra el SIDA, desarrollada por Johnson & Johnson, es una realidad. Su primera prueba en España se hará en Valencia, concretamente, en el Hospital General de la ciudad.
En el ensayo participan 3.800 hombres sin complicaciones médicas y que, previamente, tienen VIH negativo. Un estudio para todas las edades. La vacuna se probará en personas de entre 18 y 60 años. El fármaco ha sido probado hasta ahora con éxito en animales. Ahora, se quiere confirmar la certeza con las personas.
La primera vacuna de Johnson & Johnson fue inyectada en 2019. En años posteriores, sobre todo el anterior, se involucra a más pacientes como parte del desarrollo experimental. El método científico obliga a probarlo a una mayor escala. En cuanto a las dosis, los voluntarios que participen en el ensayo, recibirán seis inyecciones intramusculares en doce meses.
Valencia, pionera en la investigación contra el VIH
El objetivo principal que se marca con la vacuna es el de valorar la efectividad de la misma. Ello está relacionado con saber si el fármaco puede prevenir la infección por VIH. Además, busca averiguar cómo responde el sistema inmunológico a las diferentes dosis administradas.
Los datos previos invitan al optimismo. Se han realizado dos estudios, repartidos en Estados Unidos y África (concretamente, Ruanda y Kenia). En este ensayo participaron 700 personas, de las cuales ninguna mostró problemas derivados de las vacunas. Algunos de ellos manifestaron dolor de cabeza, cansancio o dolores musculares tras la inyección.
Regularidad en el control
Una de las premisas que ejemplifica el rigor de este estudio es la regularidad en el control. Los participantes, voluntarios, reciben un control médico, asesoramiento y análisis de detección del VIH de forma regular. El ensayo continúa durante tres años desde la primera dosis. En este tiempo, tienen que acudir al centro de investigación por lo menos 14 veces.
La regularidad en las visitas también es crucial para determinar el éxito del ensayo. En cuatro de estos encuentros, se inyecta placebo. Tras eso, los próximos siete días, los pacientes deben mostrar al hospital un registro de su estado de salud para detectar posibles efectos secundarios.
Lucas Villa cuenta su experiencia
Ya en el ejemplo español, Lucas Villa ha sido uno de los primeros en recibir una dosis de esta vacuna. Contento por el resultado y lo que significa este gran avance en el ámbito médico. Así lo reflejó en sus redes sociales, donde recalcó que «podría ser la vacuna que se está esperando desde hace 40 años«.
En la misma nota apunta que esta vacuna «podría ser una herramienta que podría prevenir una infección crónica que necesita un tratamiento continuado y que sin este puede resultar mortal», haciendo hincapié en la importancia de avanzar científicamente para mejorar la salud.
«Estoy feliz de poder ayudar«, añadía Villa, afortunado de sentirse parte de uno de los proyectos científicos más importantes de las últimas décadas. «Solo queda desear que esta vacuna ofrezca buenos resultados y que en unos años podamos parar este virus», sentencia, alegando que el Hospital sigue buscando voluntarios para el experimento.