Una estrella en el firmamento. Una aguja en un pajar. Una sabiduría única en cien años. La historia de Arturo Soria, diseñador de Ciudad Lineal, entre una gran variedad de cosas, es la historia de un hombre que cambió por completo la ciudad de Madrid. Su modelo, un siglo después, es estudiado a nivel internacional.
El urbanista, nacido en 1844, supo desde el primer momento que tenía una idea que llevaría a cabo. La idea de una ciudad donde las personas tengan todo de manera accesible y, a la vez, sean felices. Optó por una “linealidad del transporte”, algo más sencillo que la “circularidad”, vigente en la mayoría de planos.
Un profesional que siempre quiso ir más allá. Hizo el primer diseño del Metro de Madrid, compartiendo su visión del espacio, además de diseñar la primera estación telefónica de la ciudad. Licenciado también en Matemáticas, y liberador de 350 esclavos en Puerto Rico, Soria quiso llevar a cabo el proyecto de su vida.
Arturo Soria, un hombre adelantado a su época
Apostó por una línea, en lugar de un centro, deshaciendo así la base de especulación urbana. La felicidad de las familias, la base en la que inspiraba cada una de sus horas de esfuerzo para maquetar. En los costados de las calles quedaban las casas. Una zona donde cada familia tuviese una casa.
El desarrollo personal, algo importante en la filosofía de Arturo Soria. Así lo explica Cristina Keller, socia fundadora de la Asociación cultural Legado Arturo Soria. “Creía que todo el mundo tenía que tener un espacio para poder desarrollarse”, declara la experta. Este debería ser de 20 metros de ancho por 20 de alto, como mínimo.
Las familias no fueron las únicas en disfrutar la estancia en los parajes verdes y espacios ecológicos. Pronto comenzaron a llegar cooperativas, como lecherías, para autoabastecerse. Arturo Soria creó el “Centro de diversiones” de la zona, que contaba con biblioteca y restaurante, entre otras cosas.
Pensamientos ecológicos y sostenibles
Los pensamientos progresistas, ecológicos y sostenibles adelantados a la época no fueron un impedimento en el desarrollo del proyecto. “La ciudad funcionaba con energía eléctrica, pero también se podía ir a pie, o en bicicleta. Incluso había diseñado el transporte de tranvía”, relata Carlos Stella, estudiante y socio de la Asociación.
La idea de tener todas las facilidades accesibles, a la mano, era una de las que colocaban a Soria como pionero. Lo destaca Pilar Blanquer, Gerente de Alfa Arturo Soria y socia benefactora de la Asociación. “Es el modelo de barrio de los 15 minutos, donde vivimos, trabajamos y hay poca distancia con los colegios”, recalca.
La filosofía que marcó los proyectos de Arturo Soria fue la de “ruralizar la ciudad y urbanizar el campo”. Comenzó con los conceptos urbanos que incluyen zonas verdes y ajardinadas, evitando así la contaminación. Cambió la que era una zona de “veraneo” en Madrid a un lugar seguro y tranquilo para vivir.
Tanto era el espacio dedicado a la vegetación que diferentes colegios plantaban árboles en la denominada “fiesta del árbol”. Se celebró durante 12 años entre 1987 y 1909. Cada uno de ellos era responsabilidad de la escuela, lo que reforzaba el vínculo entre el ciudadano y el espacio.
Expansión de la filosofía
Tras la Primera Guerra Mundial (1914), se comenzó a dejar de pagar el proyecto, abandonando la idea. De los 50 kilómetros lineales planteados en su momento, solamente se construyeron seis. A pesar de ello, sigue siendo una de las zonas privilegiadas de Madrid, donde existen entornos verdes y parques, con amplias calles para pasear.
Tanta es la influencia que Soria dejó en el urbanismo que, a día de hoy, en Arabia Saudí, se están planteando el proyecto de una ciudad lineal de 172 kilómetros de longitud. El pensamiento de un genio no tiene barreras. Es el legado de Arturo Soria, el hombre que cambió la ciudad de Madrid.
