La nueva tecnología, patentada por sus desarrolladores como Sanity Air, funciona mediante luz ultravioleta C (UVC) y permite inactivar los patógenos de manera que no se propaguen en locales, medios de transporte, espacios públicos o de trabajo.
La dinámica del aparato se basa en atraer el aire y hacerlo circular por el interior del mismo. En este proceso, la máquina, a través de los filtros de carbono que la componen, depura las partículas de aerosol en suspensión al tiempo que esteriliza todo el volumen de aire por medio de rayos ultravioletas.
A día de hoy, la radiación ultravioleta es uno de los métodos más eficaces para destruir el material genético de microorganismos como virus y bacterias. Sin embargo, los efectos de la luz ultravioleta natural procedente del sol nos permiten conocer las graves consecuencias para la salud que puede tener su irradiación directa sobre seres vivos. Por ello, los creadores de Sanity Air, Mauro García Acero y Ángel Díaz Cruz, han cuidado que la máquina no deje salir la luz ultravioleta al exterior mientras funciona.
La idea en acción
Durante el brainstorming inicial del invento, pese al gran desconocimiento sobre el virus, cada vez eran más los estudios que apuntaban a la posible transmisión aérea. En repetidas ocasiones, la comunidad científica había comprobado que el coronavirus permanecía varias horas en el ambiente, especialmente, en determinadas condiciones y espacios cerrados.
Así, estos dos jóvenes españoles decidieron prestar atención al aire para luchar contra el virus.
Por los casos de brotes en oficinas, restaurantes o gimnasios que estábamos leyendo, nos pareció altamente probable la transmisión de la enfermedad por vía aérea (…) y nos decidimos a buscar una solución para esterilizarlo y hacerlo mientras la gente se encontraba circulando en ese aire, de manera inocua, sin compuestos químicos ni gases peligrosos
Ángel Díaz Cruz para EFE
Marca España
Estos sistemas higienizadores del aire son fabricados en Alcorcón, Madrid. Además, los principios básicos para su elaboración se fundamentan en la sencillez y calidad, según afirma Díaz Cruz. Para su producción ambos ingenieros han empleado la misma tecnología de desinfección que se utiliza en los procesos depurativos del agua. Y, con ello, el secreto de su éxito está en los componentes de máxima calidad que integra. “Todo de marcas europeas y alguna, como los filtros, española», añade Díaz.
Economía circular, sin obsolescencia programada con todos sus componentes reciclables y minimizando el uso del plástico. Con un consumo energético mensual de alrededor de un euro
Ángel Díaz Cruz para EFE
Otra de las ventajas de estas máquinas es el sencillo mantenimiento que requieren. Para garantizar su buen estado, únicamente hay que cambiar los filtros de carbono que contiene cada 4 o 6 meses. Y no es necesario el uso de equipos complejos para el recambio: unos guantes de nitrilo o de látex son más que suficientes. Por lo demás, el equipo se esteriliza solo.
A todo esto hay que añadir también que los aparatos pueden ser instalados en vagones de trenes, autobuses, consultas médicas, restaurantes, gimnasios y oficinas, sin tener que interrumpir la actividad de estos espacios.
Un invento en expansión
Actualmente, los creadores de esta tecnología han establecido lazos de negocio con distintas entidades españolas públicas y privadas. Algunas de ellas son ayuntamientos, Metro de Madrid o empresas de VTC, en las que ya se han instalado varios equipos en el interior de sus vehículos. También se han establecido convenios con empresas extranjeras. Es el caso de una universidad de Holanda, a la que han exportado el producto, y con la que colaboran para mejorar el sistema e implementar varias alternativas en un robot.
Mauro García Acero y Ángel Díaz Cruz presentaron su invento de manera oficial el 30 de julio en Las Palmas de Gran Canaria. El acto contó con la presencia de empresarios y delegados portavoces de las administraciones.
