Según datos de la ONU, más de 7 mil millones de personas, lo que supone el 88% de la población mundial, tiene acceso a agua limpia o potable en sus hogares o, como máximo, a 15 minutos a pie. Ello tiene que ver con el objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (agua potable y saneamiento). Una meta que solo puede lograrse con el compromiso de cada uno de los ciudadanos.
La situación de la pandemia no ayudó a desarrollar como se tenía previsto, pero aún así, el contexto mejoró. Hubo clientes de servicios públicos que dejaron de pagar facturas de agua, al igual que modificaciones en el plano empresarial. Ello no supone que el COVID-19 haya supuesto un impedimento total a poner el freno en el progreso.
El agua limpia, cada vez más accesible
Desde el diario World Economic Forum apuntan que las cifras han variado, pero no lo suficiente como para cambiar el rumbo del objetivo. Según aporta el medio, en diciembre de 2020, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo informó que cayó un 70% en los primeros trimestres de 2020, período en el que más afectó la pandemia.
Los números, nada optimistas, cambiaron en los siguientes meses. Así lo apunta Safe Water Network, proveedor de agua limpia con sede en Nueva York, que colabora y trabaja en África. Las pequeñas empresas son las que sustentan el objetivo. Así lo explica Gillian Winkler, vicepresidenta de asociaciones estratégicas del grupo. “Vemos a las pequeñas empresas de agua como una solución de agua segura durante la crisis de salud pública”, apuntaba la directiva.
La disputa entre el sector público y privado
El objetivo principal está bien definido, el de entregar agua potable al mundo en desarrollo, el abastecimiento de saneamiento e higiene a nivel mundial. La situación exige que todas las empresas, del sector público o privado, remen hacia la misma dirección. En ello se incluyen empresas de servicios, consultorías o grupos de investigación, entre otros.
El sector encargado del ámbito, denominado WASH, debería gastar un presupuesto de 114.000 millones de dólares anuales, según lo estipulado por la ONU, para lograr este objetivo en 2030. Al parecer, según un estudio del Banco Mundial de 2016, el financiamiento no es suficiente.
El problema de la pandemia, a pesar de recalcar que los efectos del COVID, es el acceso a los puntos de acceso de agua limpia. Así lo ha explicado Lesley Pories, gerente de estrategias sectoriales en Water.org, situado en Kansas City. “Los desafíos más críticos son sistémicos y se han ido formando durante décadas: crecimiento de la población, migración del campo a la ciudad y modelos de financiación inadecuados«.
La financiación es un factor fundamental para que el WASH consiga el objetivo de acceso a agua potable. La inversión de más de 400 mil millones de dólares que se ha realizado desde 1970, ha servido para avanzar en el ámbito y llegar hasta la situación actual. Según datos de la ONU, entre el año 2000 y 2017, más de 2.400 millones de personas han tenido acceso a suministros de agua potable, y 2.100 millones a un saneamiento mejorado.
Mejoras en zonas en vía de desarrollo
Uno de los puntos clave es el avance en los países en vías de desarrollo. Según datos de 2017, tanto en la zona de Asia, África del Norte y América Latina, las cifras han mejorado, acercándose a los puntos establecidos para 2030. En un caso concreto, el de Vietnam, un 84% de la población tuvo acceso a un saneamiento seguro, en ese mismo año, según las estadísticas del Programa Conjunto de Monitoreo de Suministro del Agua, en colaboración con la OMS y UNICEF.
La misma organización internacional fue la encargada de elogiar en 2015 la labor que se estaba realizando en dicho sector. El desarrollo sostenible pasa por mejorar la vida de las personas del planeta. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, con fecha para 2030, está más cerca que nunca.