Esta semana se conoció la noticia del fallecimiento de William Friedkin, uno de los directores más importantes del llamado Nuevo Hollywood.
El cineasta, fundamentalmente conocido por El exorcista (1973), tenía 87 años y murió en Los Ángeles, tal como lo indicó su esposa a los medios de comunicación. Recientemente, había anunciado la presentación de su nueva película, The Caine Mutiny Court-Martial, en el Festival de Venecia como parte de la Sección Oficial.
William Friedkin creó experiencias cinematográficas intensas e inolvidables para los amantes del cine; fue capaz de proporcionar emociones cinematográficas tan delirantes como la adrenalina de una persecución trepidante y deja atrás una carrera donde dominó una variedad de géneros, con películas icónicas como “The French Connection” (1971) y “Cruising” (1980).
William Friedkin creó horror y placer con igual brillantez
Friedkin, un torbellino dentro de la generación que revitalizó Hollywood tras la caída de los estudios, dejó una marca indeleble en la historia del cine. Emergiendo en la efervescente década de los 70, caracterizada por el pesimismo posguerra de Vietnam, la influencia del Neorrealismo italiano y la Nouvelle Vague, Friedkin se unió a visionarios como Francis Ford Coppola, Peter Bogdanovich y Martin Scorsese para dar inicio a lo que hoy conocemos como el Nuevo Hollywood.
Este movimiento marcó un período de redefinición y revitalización en la industria cinematográfica, impulsado por cineastas valientes que desafiaron las normas establecidas y crearon obras que continúan siendo influyentes en la cultura cinematográfica.
The French Connection
En el corazón de su contribución se encuentra “The French Connection” (1971), una masterpiece de narrativa policial que coloca a Nueva York como protagonista, siguiendo la incansable lucha de dos policías para desmantelar una red de narcotráfico liderada por un criminal francés. Esta película no solo estableció a Friedkin como un director consumado, sino que también dejó una marca en la cinematografía moderna.
El Exorcista
Dos años más tarde, el director estrenaría “El exorcista”, la película que cambiaría la historia del cine de terror. En una clara renovación del género, Friedkin apostó por el terror adulto con una fuerte base religiosa, dejando atrás los monstruos y las historias familiares. Su novedosa visión le valió la nominación al Oscar a Mejor Película y dejó arraigado el nombre de Linda Blair.
Cruising
Una de las películas más debatidas de la década de los 80 está protagonizada por Al Pacino en una interpretación brutal. En pleno corazón de la ciudad de Nueva York, se desencadenan una serie de homicidios que afectan a la comunidad gay. En medio de este panorama, el departamento de policía trabaja incansablemente en el caso, persiguiendo las huellas del asesino con prejuicios homofóbicos.
Steve Burns (Al Pacino), un joven oficial de patrulla, se ve obligado a infiltrarse en los lugares nocturnos de la ciudad y entablar relaciones, al mismo tiempo que se oculta entre las potenciales víctimas.
Friedkin comenzó a hacer cine a finales de los 60 y sus períodos más prolíficos fueron durante las dos décadas siguientes. En los años 90 y 2000 estrenó algunas películas, siendo la más reciente en 2017, un documental que explora los exorcismos en Italia titulado The Devil and the Father Amorth, que pasó bastante desapercibido. Fue ganador del Oscar a Mejor dirección y Mejor película por The French Connection.
Nos vemos en otras pantallas, William.
Hasta el próximo Día del Espectador.
Nathalia Manzo.