La industria textil mueve gran parte de la sociedad de ultraconsumo. A su vez, la industria textil es responsable del 20% de la contaminación del agua potable y del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro lado, solo el 1% de la ropa es reciclada. Así comienza una infografía realizada por el Parlamento Europeo que advierte sobre el daño que hace la industria textil a nuestro planeta.
El prêt à porter ultraconsumista es la renovación constante de las colecciones de ropa y destaca por tener precios muy bajos. Este modo de consumo ha hecho que la cantidad de prendas que se consumen, devoran y deshechan crezca de forma constante y descontrolada. La fast fashion preocupa mucho a gobiernos y comunidades. Y muchos de ellos se han comprometido a reducir su efecto devastador. Estados Unidos, por ejemplo, quiere mitigar este problema mudando su modo de consumo. Quiere migrar hacia una economía de circularidad. Y Europa pretende hacer lo mismo.
“Es necesario incluir principios de circularidad en la cadena de valor para conseguir que el modelo de economía circular sea un éxito. Desde el diseño, a la producción y, por supuesto, en todo el camino recorrido hasta la llegada al consumidor final”
Jan Huitema, miembro del grupo Renovación Europea.
La industria textil en cifras terroríficas
En el año 2015, según los datos del informe, fueron usados 79 mil millones de metros cúbicos de agua en la industria textil. Es escalofriante saber que para confeccionar una sola camiseta se necesitan 2700 litros de agua. Esta cifra equivale a la cantidad de agua que una persona bebe durante un año.
Además de usar esa cantidad de agua, la industria textil es responsable de la contaminación del 20% del agua potable del mundo. Esto solo en su producción. Además, el lavado de prendas sintéticas libera medio millón de toneladas de microfibras todos los años a nuestros océanos. Y por si fuera poco, liberan microplásticos que no se deshacen y acaban formando parte de la cadena trófica, envenenando fauna y flora.
Por otro lado, todo el proceso de la producción y la venta textil es responsable del 10% de las emisiones de carbono globales. Esta cifra es mayor que la combinación de todos los vuelos comerciales y marítimos. En 2017, la compra venta de ropa generó 654 kg de CO2 por persona, de acuerdo a la Agencia Europea Medioambiental.
Es necesario un cambio. Es necesario que los usuarios tomen conciencia, pero que también lo hagan las empresas de la industria textil. Un buen ejemplo es la campaña de The North Face y Gucci que, además de generar expectación, crea conciencia medioambiental.
Moda suprarreciclada
The North Face y Gucci se han unido para fusionar moda, innovación y arte. En un tiempo en el que reina la flexibilidad, en el que se necesita la adaptación constante para la supervivencia, una de las características que más se busca es la innovación. Ser original y demostrar que se puede innovar en la fusión de dos marcas que, en principio, son competencia es un acto de valentía muy apreciado en un mundo tan cambiante.
Ambas marcas se han permitido jugar con la imagen de sus logos y, al hacerlo, han mostrado a todo el mundo, a través de murales localizados en ciudades como Milán, Nueva York, Londres o Tokio lo orgullosos que están de su unión.
A ambas empresas de la industria textil les une un compromiso por la sostenibilidad. Todas las prendas de esta colección son confeccionadas con ECONYL: un tejido de nylon que se elabora a través de materiales suprarreciclados. Es decir, los residuos plásticos que inundan nuestros mares, por ejemplo, son reciclados para formar parte de un hilo plástico.
Este caso también es el de la marca española Ecoalf. El 80% del material que forma parte de la ropa y accesorios que vende la marca textil fue parte del plástico de nuestros mares. La casa de moda abrió en 2008 con las intenciones muy claras: “Ecoalf es innovación, sostenibilidad y diseño, y si no, no vale”, justificó su creador Javier Goyeneche para el diario El País. Hoy son referente y corazón de esta tendencia conciliadora de la industria textil con el medioambiente. The North Face y Gucci siguen su ejemplo y ensanchan el camino del suprarreciclaje. Llegará el día en el que ese sea el único camino.