Un grupo de investigadores canarios crea un método para identificar automáticamente la actividad de los barcos dedicados al avistamiento de cetáceos. Por medio del “big data”, se podrá evaluar para, posteriormente, tomar las medidas necesarias para proteger a todas las especies.
El conjunto español, con el estudio denominado “Usando los sistemas de identificación automática (AIS) para estimar el esfuerzo de observación de ballenas”, ha conseguido abrirse al plano internacional. La interesante investigación sobre los cetáceos ha sido publicada en la revista “Frontiers in marine science”.
Estudio por y para los cetáceos
La premisa del estudio viene por el análisis de los barcos dedicados a esta actividad. Estos ya tienen instalado el dispositivo AIS. La información registrada se envía posteriormente a empresas de gestión de datos. Gracias a esto, pueden recrearse sistemas que ayuden a la protección de los animales.
“La investigación surge de una cuestión muy candente”, afirma Javier Almunia, doctor en Ciencias del Mar, en una entrevista a la Agencia EFE. Uno de los líderes del estudio apunta a la importancia de minimizar el daño a la población de animales y, en concreto, a la colonia de calderones tropicales, delfines y ballenas del sur de Tenerife.
Otro de los puntos clave del desarrollo de la herramienta es el sistema para determinar la profundidad a la que los barcos realizan su actividad. En algunos casos, existen fondos submarinos de 800 o 1000 metros de profundidad (los preferidos por calderones), y, en otros, tienes que navegar más de dos horas para avistar algún cetáceo.
En el caso concreto de Tenerife, los animales están más cerca de la costa de lo habitual. Para la investigación se realizó el estudio de diez embarcaciones de avistamiento, las que han aparecido durante los últimos 5 años. Es posible identificar los avistamientos de manera automática y el tiempo que están expuestos a la actividad (el cual es el doble en verano que en invierno).
Análisis del comportamiento de los animales
La medición de la actividad es vital para proteger a las especies. “Es una herramienta de medición del esfuerzo, es decir de la intensidad de una actividad y que se puede utilizar para verificar la capacidad de carga de forma segura, de decidir dónde está el límite para la sostenibilidad”, declara Almunia, recalcando la importancia del proyecto.
No solo se resume en la actividad, sino que esta investigación puede servir para iniciar estudios sobre el comportamiento negativo de los animales y el estrés debido a la actividad turística. Los datos se suman a los recopilados durante los últimos 20 años sobre los efectos de barcos y personas a su alrededor.
El estudio, financiado con fondos europeos como parte del proyecto INTERREG MARCET II, será una herramienta eficaz para delimitar las medidas relacionadas con los cetáceos. Además de la sostenibilidad, se podrán estudiar las consecuencias de las actividades de los barcos dedicados a su análisis.