Uno de los secretos mejor guardados en la sociedad actual. ¿Cómo puede mejorar la educación en los niños? La respuesta se encuentra en los países escandinavos y sus métodos para mejorar el aprendizaje y que los pequeños sean felices mientras se educan. El secreto, está en jugar.
Quizá sea un método que choque con el imaginario educativo español, adaptado al aprendizaje como un modelo de estudio, donde no hay lugar al juego. Pero, a la vista de los resultados, parece que puede ser el modelo a seguir de cara a las futuras generaciones. Así lo explica Pasi Sahlberg, experto en pedagogía finlandés.
Jugar y aprendizaje no son excluyentes
“El objetivo principal no es preparar a los niños desde el punto de vista académico”, explica el profesional. “Lo importante es que sean personas felices y responsables”, concluye. En la receta para educar a un niño se pueden mezclar ambas, el aprendizaje y el juego no son excluyentes.
“Todo puede reducirse a una sola frase: dejad que los niños y las niñas jueguen”, relata Sahlberg en su artículo. La felicidad motiva el aprendizaje. Es por ello que, tras la Covid-19, se ha visto dañada gran parte de esta premisa en el sistema educativo escandinavo, ya que los niños no han podido salir a jugar ni relacionarse como hasta ahora.
“La cultura del aire libre”
Algo que parece no coincidir con lo propuesto en el sistema educativo español. “Somos una cultura al aire libre”, comenta Katia Hueso, profesora española y defensora del aprendizaje al aire libre. “Eso es transversal a todas las edades y los niños y niñas se benefician de esa cultura del aire libre”, concluye, apuntando al trabajo de manera más estructurada conforme se avanza en el sistema educativo español.
Una base que cambia completamente el paradigma del sistema educativo español hasta ahora planteado. La libertad, la creatividad y la capacidad de relacionarse se quedan en un segundo plano en un sistema que prima la estructura académica para formar a los niños desde su infancia.