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La Fuerza del… COMPROMISO

“Compromiso es lo que transforma una promesa en realidad.
Es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones.
Es la acción que habla más alto que las palabras.
Es hacerse el tiempo cuando no lo hay.
Es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas.
Compromiso es el material con que se forja el carácter para poder cambiar las cosas.
Es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo”

¿Quién habrá definido compromiso así? Esta definición la encontramos en todas partes. En libros, artículos, reseñas… Pero, ¿quién la ha escrito? ¿Shearson Lehman? Y, ¿quién es Shearson Lehman?, ¿Abraham Lincoln? Eso dicen por ahí. Más allá de quién la haya escrito, suena bien. Aunque, para mí, no recoge todo lo que supone el valor del compromiso. 

A mí me gusta hablar de compromiso en estos términos:

  • Es una acción. Y supone un acto de creatividad, ya que con él aparece algo nuevo que no existía: una promesa, que te puedes hacer a ti o a otras personas. Con esta acción, se aúnan presente y futuro, creas expectativas, seguramente se producirán cambios y darás paso a una nueva realidad. Como dice mi compañero y amigo José Luis Diaz: “Tú tienes el poder de elegir tu realidad”.
  • Es un ejercicio de tu libertad para elegir lo que quieres hacer y, por ende, lo que decides no hacer. Comprometerse supone y requiere una elección consciente, voluntaria y por tanto libre. Si la elección es aleatoria, la acción pierde valor, carece de sentido, se convierte en una trivialidad. Si la elección es forzada, no contiene compromiso, sino que se transforma en obligación.

Esta descripción nos conduce a mencionar la distinción compromiso vs. obligación. Es de las más importantes en coaching y, para mí, de las más difíciles de entender. El coachee se compromete con el objetivo que quiere tratar desde el primer momento. Sin su compromiso, la sesión no le servirá para mucho; sin su compromiso, el foco y el interés para crear un plan de acción y llevarlo a cabo se pierde, y la sesión deja de ser coaching para convertirse en una charla entre dos personas, más o menos interesante. De igual forma, en una organización o en un equipo, todo irá mejor si los líderes consiguen que el equipo se comprometa con el trabajo, con las metas. Conseguir el compromiso de los trabajadores es una de las razones por las que los coaches realizamos las intervenciones organizacionales. Es por este compromiso que acompañamos a los líderes a identificar patrones y diagnosticar la salud de la empresa, del equipo, del proyecto, o del Consejo de Administración.

Compromiso supone un valor positivo, motivador, que ha de mantener ese espíritu de libertad, de disfrute, de crecimiento y que, por tanto, se puede romper si las circunstancias lo requieren. Nos comprometemos en función de unas circunstancias en un momento determinado pero, si estas cambian, nos impedirán cumplir lo prometido parcial o totalmente.

Os prometí que os llevaría al parque, pero me he torcido el tobillo y no puedo andar.

Llegaré tarde. Discúlpame, por favor, he recibido una llamada urgente que quería atender.

El compromiso requiere flexibilidad y adaptación al entorno y al momento. Eso de que hay que cumplir una promesa por encima de todo suena a obligación, ¿no? Y es obligación. Una obligación tiene una connotación no tan positiva, no tan motivadora, no tan libre. Desde el lugar de la obligación, nos sentimos preocupados por las consecuencias de no cumplir. Desde este lugar, no somos libres, ni estamos motivados, solo temerosos, recelosos y con poca energía.

Esta distinción nos da la posibilidad de elegir cómo queremos vivir nuestra vida. Nos da la posibilidad de vivir con coherencia con las elecciones que vamos tomando libremente. Ser consecuentes con las dificultades que nos vamos encontrando e ir atravesándolas  y aceptándolas día a día. Tenemos la posibilidad de dirigirnos por el camino del compromiso. Y para ello, qué mejor que ir abandonando el lenguaje de la obligación:

  • Tengo que
  • Debería
  • Esto es lo que hay
  • Si no lo hago me arriesgo a…
  • No hay elección

 Y sustituirlo por el del compromiso priorizando y eligiendo libremente.

¿Utilizas más expresiones de obligación o de compromiso? ¿Qué sientes cuando dices “tengo que”?

¿Y cuando dices “voy a hacer esto contigo”?

Antonia Caballero Cano se define como “coach, economista, escuchadora, aventurera, privilegiada, agradecida, alerta, consciente, resolutiva y sociable”. Lleva años dedicada a “crear encuentros” y a aportar “bienestar a personas y equipos”. Sigue su Columna La Fuerza en Good4Good para continuar mejorando.

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