Lágrimas en la lluvia: el futuro en tus manos es el primer libro que forma parte de la trilogía de la consagrada escritora Rosa Montero. Situada en el universo distópico de los ficticios EEUU de la Tierra, no deja indiferente a ninguno de los lectores que se adentran en sus páginas.
La protagonista de esta novela de ciencia ficción es la detective Bruna Husky. En un Madrid devastado por la contaminación y el capitalismo extremo, la detective es contratada para que investigue una serie de asesinatos cometidos hacia la especie de los replicantes. Con la ayuda de sus amigos (seres que se describen en el libro como marginales) la detective tendrá que adentrarse en una trama de enredos políticos e intereses económicos hasta llegar a descubrir quién es el culpable y por qué ha actuado así.
A lo largo de estas páginas son muchos los aspectos sociales, políticos, económicos y medioambientales que se tratan. A pesar de estar situada en un mundo totalmente alejado de nuestro tiempo (año 2109), tristemente, hay muchas cuestiones que llaman la atención y que nos pueden resultar algo familiares. La contaminación extrema, un ambiente social inestable o una publicidad constante y asfixiante son algunas de las problemáticas que se reflejan en este libro. Acción, supervivencia, amor, moral y ética, son algunos de los temas que giran en torno a esta trama detectivesca.
La calidad del oxígeno en función del estatus social
Con el paso del tiempo, el problema del cambio climático se va haciendo cada vez más grave. Llega al punto de que la población que integra esta historia está divida en distritos en función de su renta o condición social. En cada uno de ellos, el precio del aire que se respira varía tanto que en algunos, el oxígeno es prácticamente inaccesible. Así mismo, en la ciudad donde se sitúa la trama (Madrid en el futuro), existen zonas verdes como pequeños pulmones. En ellos hay plantadas varias especies vegetales que ofrecen descanso, paz, silencio y algo de oxígeno a sus habitantes.
La división entre las razas o especies
Esta historia esta protagonizada por una sociedad en la que conviven numerosas especies, no solo la raza humana. Replicantes, alienígenas y androides conviven de manera tensa e incómoda en muchas ocasiones. Un mundo inestable. Todos ellos tienen distintos modos de vida y desde luego no los mismos privilegios. Aquí vemos el problema de los prejuicios frente a distintas especies. La referencia nos recuerda a los problemas de racismo de nuestra era o a los prejuicios que lamentablemente sienten algunas personas ante las personas extranjeras.
El uso masivo de la publicidad
Los carteles publicitarios y los mensajes comerciales sonoros inundan, a cada segundo, el trajín de la ciudad. Algunos seres que la habitan son carteles publicitarios vivientes y su oficio consiste en reproducir el mismo mensaje comercial una y otra vez hasta la extenuación. Esta contaminación acústica y visual sirve, en parte, para denunciar la existencia de una implacable sociedad de consumo que compra sin necesidad y gasta por propio aburrimiento o rutina.
Es un libro que invita a reflexionar sobre todas aquellas pequeñas cosas que hacemos en el presente, que marcarán la diferencia de aquí a unos años. Por ejemplo: respetar y cuidar los ecosistemas, reciclar, comer alimentos saludables y de agricultura respetuosa y el respeto a las personas sea cual sea su naturaleza o condición.
En la actualidad existen varias obras literarias y cinematográficas que reflejan este tipo de sociedad distópica. En todas ellas encontramos un entorno natural cuyos recursos han sido sobreexplotados. Los animales se han extinguido, los sentimientos no tienen importancia frente al dinero y los robots junto a las máquinas conviven en la ciudad junto a los humanos.
Además de la trilogía de “Lágrimas en la lluvia”, podemos sumergirnos en la trilogía de “Los juegos del Hambre” de la escritora Suzanne Collins o en la trilogía “Delirium” de Lauren Oliver. En todas ellas se plasman de distinta manera estos universos distópicos y casi apocalípticos.
Sin duda, la lectura de esta novela es una apuesta segura para los fans de la película “Blade Runner”(Ridley Scott, 1982).
Soy Irene Merino, comunicadora y periodista cultural. Devoradora de historias y soñadora hasta la médula. Viviría dentro de una sala de cine y moriría entre las páginas de un libro. Me emociono en el teatro y por supuesto con los videojuegos. La vida sin música sería un error, y sin cultura una tortura.