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La medida presentada el pasado 21 de Diciembre por la vicealcaldesa Begoña Villacís busca limitar la movilidad de vehículos privados en los 21 distritos de la ciudad.

Madrid aprueba peatonalizar 200.000 m2 repartidos por toda la capital

El pasado 21 de diciembre el Ayuntamiento de Madrid presentó su nuevo plan contra la contaminación ambiental de la ciudad. El consistorio aprueba peatonalizar unos 200.000 m2 repartidos en los 21 distritos en un mes. Esto será posible restringiendo al tráfico 10 km lineales distribuidos en 48 tramos de la ciudad, alrededor de 0,2 km2.

La medida fue presentada en los Jardines de Cecilio Rodríguez por la vicealcaldesa de la ciudad Begoña Villacís. Estuvieron también presentes el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante y la delegada del Área de Obras y Equipamientos, Paloma García. El plan se enmarca dentro de los Acuerdos de la Villa, a los que se acogieron todos los grupos municipales con el fin de reducir las emisiones nocivas y mejorar la calidad del aire respirada por los madrileños. 

El consistorio ha celebrado la puesta en marcha de estas medidas defendiendo que el plan “transforma radicalmente la ciudad porque la hace más habitable para el uso y disfrute de los ciudadanos”. Para determinar estas zonas libres de emisiones se han seguido 4 criterios técnicos fijados por el Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento. Que la medida supusiera un impulso al comercio local, que ampliase zonas verdes, que ofreciera acceso seguro a los centros escolares y que mejorase la accesibilidad a los cascos históricos

Resulta un tanto paradigmático que cuando el anterior gobierno local aprobó su propio plan, “Madrid Central”, bajo los mismo criterios, los grupos municipales que ahora gobiernan la ciudad se opusieran a la medida bajo el pretexto de ser contraproducente para el comercio de la Capital. 

Objetivo: mejorar la calidad del aire en Madrid 

Este tipo de iniciativas que buscan limpiar el aire de emisiones dañinas y contaminantes cada vez son más comunes y necesarias. El anterior gobierno municipal presidido por Manuela Carmena puso en marcha «Madrid Central», la medida estrella de su mandato. El plan consistía en restringir el tráfico a los coches más contaminantes al centro de Madrid, un espacio que constaba de 4,8 km2. Esta criba se realiza mediante unas etiquetas medioambientales dispuestas por la Dirección General de Tráfico. Pese a lo positivo de la medida, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid emitió el pasado verano 3 sentencias contra la zona de bajas emisiones. A día de hoy las limitaciones siguen en marcha a la espera de una ratificación de la sentencia. 

El actual Consistorio, pese a que en un primer momento se opuso a las limitaciones de tráfico, puso en marcha su propio plan denominado “Madrid 360”, del que forma parte las medidas de limitación comentadas anteriormente. Además, el actual ayuntamiento peatonalizó por completo la Puerta del Sol el pasado mes de agosto. 

Siguiendo por esta senda de limitar el tráfico de vehículos privados y facilitar el transporte sostenible se ha puesto fecha al fin de la circulación de coches contaminantes por la capital: 2025. Tras una paulatina reducción del tráfico en los próximos años, limitando primero los más contaminantes, después los de las personas no residentes, etc… llegaremos a 2025, donde ningún coche sin etiqueta ambiental circulará por Madrid. 

Esta limitación del tráfico impulsado por motor de combustión debe ser sustituido por alternativas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. En ese sentido, el servicio de bicicletas públicas de Madrid, BiciMad, ha puesto en marcha 15 nuevas estaciones. Ampliando, más allá de la M30, el radio de acción de este tipo de transporte. 

Un largo camino por recorrer

Pese a todas estas medidas que hemos comentado, la realidad es que Madrid aún está muy lejos de convertirse en una ciudad “verde”. En total, sumando “Madrid Central” y las nuevas restricciones aprobadas por el actual ayuntamiento, las zonas limitadas conforman un total de apenas 5 km2. Si comparamos este dato con el de otras grandes capitales europeas observamos lo irrisorio de las medidas. 

La zona de bajas emisiones de Berlín es 19 veces «Madrid Central». Si comparamos con la de Londres, la más grande de Europa, la de la capital española es 336 veces más pequeña. Unos 5 km2 frente a los 1580 km2 de Londres.

Estas zonas de restricción del tráfico contaminante cada vez son más comunes y necesarias en el entorno europeo. Además llevan años implementadas. Esto nos demuestra la tendencia imperante de devolver el espacio a los ciudadanos. Es obligación de los gobernantes hacer de las ciudades espacios habitables y libres de humos. No es sólo una medida positiva para el medio ambiente, sino también para nuestra calidad de vida y por ende, para la economía. 

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