Medellín, conocida como la «ciudad de la eterna primavera», ha dado un paso hacia un futuro
más sostenible con la implementación de corredores verdes que contribuyen a reducir la
temperatura de la ciudad. Estos corredores, estratégicamente ubicados, se han convertido en
una herramienta clave en la lucha contra el calentamiento global.
El proyecto de corredores verdes de Medellín representa el compromiso de la ciudad con la
innovación ambiental y el bienestar de sus habitantes. Estos corredores consisten en franjas de
vegetación que se extienden a lo largo de las vías urbanas, proporcionando sombra,
absorbiendo el dióxido de carbono y emitiendo oxígeno, contribuyendo así a una mejor calidad
del aire.
Uno de los aspectos más notables de los corredores verdes es su capacidad para reducir la
temperatura local. En una ciudad donde el calor es desmedido, la implementación de estas
zonas verdes ha tenido un impacto significativo en la sensación térmica. Las áreas urbanas con
abundante vegetación pueden experimentar reducciones de varios grados Celsius en
comparación con áreas sin cobertura vegetal significativa, este ha sido el caso de Medellín.
La segunda ciudad más grande de Colombia comenzó el proyecto de corredores verdes en 2016. El motivo fue el alto grado de contaminación del aire y el aumento de la temperatura en
la ciudad. En la actualidad, el programa está formado por más de 30 corredores que conectan
jardines verticales, parques, carreteras y colinas.
Un proyecto con resultados esperanzadores
Si algo caracteriza a la ciudad es su clima templado, por lo que el turismo es una de las fuentes
de ingreso más grandes de la zona. La temperatura cálida ha ayudado a atraer turistas, pero la
creciente urbanización ha provocado el llamado efecto isla de calor. Es decir, tanto los edificios
como las carreteras absorben y mantienen el calor.
Estos corredores verdes han demostrado ser una medida eficaz contrarrestando el impacto.
Según el gobierno local, la iniciativa ha resultado en una reducción de la temperatura de hasta
2ºC en todo el territorio.
Además, el proyecto incluye 124 parques conectados por plantaciones. Este aumento
significativo de vegetación también ha generado impactos climáticos positivos. Se estima que
dos de estos parques, Nutibara y Volador, eliminan anualmente alrededor de 40 toneladas de
dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, según recoge BBC News Mundo.
Fomentar la biodiversidad local
El diseño de los corredores verdes ha tenido en cuenta la biodiversidad local, utilizando
especies de plantas nativas que no solo son resistentes al clima de la región, sino que también
proporcionan hábitats para la fauna local.
Asimismo, se han utilizado especies conocidas por su eficacia absorbiendo la contaminación,
una de ellas es el árbol de mango. Esto ha llevado a un aumento en la diversidad de aves,
insectos y otros animales, y ha contribuido a la creación de ecosistemas urbanos más
saludables y equilibrados.
La inversión y el mantenimiento de los corredores
En un primer momento, se planteó sembrar unas 120.000 plantas y 12.500 árboles, que se
situarían en carreteras y parques. Luego se propuso cultivar –con fecha límite el año 2021-
otros 2,5 millones de plantas -más pequeñas- y unos 880.000 árboles en la ciudad.
La inversión inicial para el proyecto fue de 16,3 millones de dólares. Y, según ha declarado el
gobierno local, mantener estos corredores verdes en perfecto estado costó 625.000 dólares el
pasado año.
Podemos decir que, los corredores verdes de Medellín son mucho más que simples franjas de
vegetación; representan un compromiso con la sostenibilidad, la salud ambiental y el bienestar
comunitario. Esta y otras soluciones urbanas desempeñan un papel crucial en la lucha global
contra el cambio climático.
