Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
bandera_turca

El canto a la libertad de las jóvenes turcas

Mustang (2015), de la directora turco-francesa Deniz Gamze Ergüven, es un reflejo de las creencias morales y los ideales culturales de una población que vive bajo el yugo de los prejuicios y los convencionalismos sociales. Es, casi, un documental ficcionado. Esto se debe a la honestidad y al cariño con el que está contada esta historia. A través de la cámara, íntima y testigo de la situación, la directora nos muestra los problemas y las dificultades que atraviesan cinco chicas huérfanas turcas. Viven su despertar sexual y luchan por su libertad, al igual que los caballos salvajes que llevan el nombre de la película. Las jóvenes son criadas por su abuela y sus tíos y deben aparcar su efervescente juventud para afrontar las obligaciones del matrimonio y, en general, de la vida adulta.

La tradición familiar o la libertad individual

Para la sociedad turca la manera de vestir es muy importante. Supone una declaración de intenciones y el reflejo de la personalidad de quien viste la prenda. En esta historia, las cinco hermanas de entre 10 y 16 años visten con ropas de colores alegres, vivos y llamativos al comienzo. Sin embargo, la abuela, para preservar la dignidad y pulcritud de sus nietas, las hace unos vestidos de colores oscuros y neutros (colores negros, gris y tonos tierra).

Una vez que ya están en edad casadera las exhibe por el pueblo para que los jóvenes de buenas familias las vean y se interesen por alguna de ellas. Además, las advierte de que si quieren encontrar un buen marido deberán preservar su virginidad hasta el matrimonio.

La casa en la que viven se convierte en una especie de fábrica de esposas. Abandonan el ocio y los amigos para ocupar todo su tiempo en aprender a cocinar, limpiar y coser. Atrapadas en su habitación escapan del mundo adulto que les espera lleno de prohibiciones y restricciones. Allí crean un micro universo imaginativo en el que logran recuperar la alegría que les brinda su juventud. En ocasiones, ellas mismas afirman que tanta inactividad y ausencia de libertad las hace sentirse como muertas en vida.

El mundo femenino frente al masculino

Los hombres y las mujeres no son iguales a ojos de los adultos en esta sociedad que limita con el mar Negro. Los chicos jóvenes tienen más libertad: no están sujetos al que dirán o al que harán ni al donde irán. En cambio, las jóvenes turcas son observadas con lupa: cada paso que dan o palabra que dicen es juzgada severamente. Al comienzo de la cinta, las cinco hermanas juegan en el mar con sus amigos varones y, acto seguido, todo el pueblo y toda su familia habla de ellas. Al igual que a las “brujas” de la Edad Media, ellas son tachadas de impresentables, impuras, y pervertidas.

La familia, ante esta circunstancia y debido a los valores tradicionales y conservadores que tiene, retira todo tipo de fotografías y objetos que puedan considerarse incitadores del pecado y la lujuria. Incluso, construyen muros altos y verjas con pinchos para evitar que se escapen y vean a los amigos y a los posibles novios que tengan. La directora pretende hacer una denuncia sobre el pensamiento de esta sociedad. La mujer es sometida constantemente al juicio social y a unos cánones antiguos que coaccionan la libertad de expresión y la sexualidad de todas ellas.

Denuncia, también, la evidente desigualdad que existe entre ellas y los hombres. Estos pueden acudir a cualquier acto social o cultural como, por ejemplo, un partido de fútbol o a una partida de cartas. En cambio, ellas solas no pueden acudir a ningún acto sin la presencia de un hombre ni ir solas a un lugar en el que haya muchos varones.

La educación sexual en la sociedad turca

Al tratarse de una sociedad tan conservadora, los colegios e institutos no educan a los jóvenes en cuestiones de sexualidad. La única guía que tienen las jóvenes de la cinta es un libro que su abuela guarda en el armario hasta que se casan y, entonces, es cuando llega el momento de leerlo. Respecto al matrimonio, otra cuestión muy importante es la de la preservación de la virginidad; la muestra definitiva de pureza y honestidad hacia el hombre que se convierte en el esposo. Incluso se les hace, al igual que en la sociedad gitana la prueba del pañuelo, la prueba de las sábanas. Si la sábana sale manchada de sangre, es prueba irrefutable de que la chica ha llegado virgen al matrimonio. Si no, se considera sacrilegio y puede suponer el fin del enlace matrimonial y la pérdida de la dote.

El amor es un lujo que no se tiene en cuenta en esta sociedad: prima el dinero y asegurar la dote de las mujeres al unirse a un hombre. En esta película se exalta el despertar sexual de las jóvenes. Sobre todo en la hermana pequeña que, imitando a sus hermanas, se coloca un sujetador y medias dentro. Así simula tener, al igual que ellas, los pechos desarrollados.

Sin duda, Mustang es un reclamo por la libertad de la mujer joven en Turquía. Está contado desde una perspectiva íntima y delicada que inunda la pantalla de amor fraternal y lucha individual. Además, nos recuerda todo el camino que queda por recorrer en el mundo para que, no solo la sociedad turca encuentre la igualdad entre sexos, sino todos los países del mundo.


Soy Irene Merino, comunicadora y periodista cultural. Devoradora de historias y soñadora hasta la médula. Viviría dentro de una sala de cine y moriría entre las páginas de un libro. Me emociono en el teatro y por supuesto con los videojuegos. La vida sin música sería un error, y sin cultura una tortura.

Comparte

Únete a nuestra Newsletter​

Recibe cada semana una selección de nuestras historias más inspiradoras.

Buscar

Contenidos

Colabora

Quiero Patrocinar

¡Buscamos Voluntarios!

Únete a nuestra Newsletter

Recibe cada semana una selección de nuestras historias más inspiradoras.