Un equipo de científicos ha descubierto que el pigmento rosado del agua de las Salinas de Santa Pola (Alicante) tienen un poder anticancerígeno. La lucha contra el cáncer ha sido durante mucho tiempo una prioridad en el campo de la investigación médica. A medida que avanza la ciencia surgen nuevos tratamientos, pero incluso los recursos naturales pueden tener un gran potencial.
Un oasis natural con beneficios para la salud
Las Salinas de Santa Pola son un complejo de salinas ubicado en la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana). Tienen una extensión de más de 2.000 hectáreas. Durante siglos, estas salinas se han utilizado para la producción de sal marina. Sin embargo, más allá de su extracción, las salinas albergan un ecosistema extraordinario, compuesto por una amplia variedad de flora y fauna adaptadas a las condiciones únicas del entorno salino.
Su aspecto más característico es su color rosado, causado por unos microorganismos llamados arqueas halofílicas que para protegerse del sol adquieren ese color.
Demostrado científicamente
Recientemente, un equipo de investigadores se ha dedicado a estudiar las propiedades del agua y los sedimentos de las Salinas de Santa Pola en relación con la prevención y el tratamiento del cáncer. Los resultados preliminares de esta investigación han sido verdaderamente sorprendentes. Se ha descubierto que el agua de las salinas contiene una rica concentración de compuestos bioactivos, incluyendo minerales y microorganismos beneficiosos.
Gracias a la tesis doctoral de Micaela Giani (Universidad de Alicante) y ensayos in vitro, se ha podido demostrar que la actividad antioxidante del pigmento y su efecto en ciertas enzimas implicadas en diferentes patologías, puede frenar el avance de una enfermedad como el cáncer.
Rosa María Martínez, catedrática de biología y directora del equipo de científicos de la Universidad de Alicante indica que “hemos llegado a la conclusión de que, en determinadas dosis, el pigmento no causa ningún efecto dañino sobre la célula sana, pero sí limita la capacidad de crecimiento de las células neoplásicas”.
Las propiedades del agua y los sedimentos de las Salinas de Santa Pola son tales que, entre los compuestos más destacados se encuentran los carotenoides, los polifenoles y los ácidos grasos omega-3. Estos compuestos bioactivos se han asociado con una variedad de efectos beneficiosos para la salud, como la inhibición del crecimiento de células cancerígenas, la reducción de la inflamación y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Una puerta a la biomedicina
El descubrimiento del poder anticancerígeno de las Salinas de Santa Pola tiene importantes implicaciones para la prevención y el tratamiento del cáncer. Estos compuestos naturales podrían ser utilizados como complementos en terapias convencionales o como agentes preventivos.
Sin embargo, aún se requiere más investigaciones con diferentes líneas celulares de otro tipo de tumores, pues únicamente se ha experimentado en cáncer de mama. Pero este descubrimiento “abre una puerta a la biomedicina, al diseño de nuevas estrategias para luchar contra el cáncer basadas en el uso de compuestos naturales, que no son perjudiciales para el organismo”, apunta Martínez.
Por ello, se van a continuar haciendo ensayos en muestras de tejido obtenidas a través de biopsias o cirugías. Para así poder diseñar protocolos de tratamiento usando el pigmento de las salinas.
Además, es importante destacar que estos hallazgos resaltan la importancia de preservar y proteger entornos naturales únicos como las Salinas de Santa Pola. La biodiversidad y las propiedades terapéuticas de estos ecosistemas pueden ser una fuente inagotable de descubrimientos médicos y científicos.
Andrea López
