A propósito de la segunda temporada de la serie Down To Earth, Zac Efron vuelve a demostrar que cuidar del planeta es más que una tendencia que hay que promover desde todas las plataformas.
Algunos hacen televisión con la cabeza, otros con el corazón, y otros más afortunados, con la cabeza y el corazón.
En el tercer grupo está, sin duda, el gran Anthony Bourdain, quien con su apasionada genialidad reinventó el género televiso de viajes gastronómicos, con un estilo mordaz y sentimental: “I write, I eat, I travel”, era su mantra.
Su ausencia dejó un vacío que se ha ido llenando con formatos más ligeros y entretenidos, realizados con muy buenas intenciones y basados, sobre todo, en el carisma del presentador, en lo que el corazón produce. Y eso también es válido.
Es el caso de Zac Efron en «Down to Earth», una serie ligera y desenfadada, llena de muchos mensajes positivos a favor del planeta, quizás muchos a la vez, que nos mantiene conectados gracias a sus bromas, a su actitud relajada y a que no intenta vender nada, salvo que cuidar nuestro planeta merece la pena.
En la segunda temporada, Zac continua la aventura junto al gurú de la comida sana y estilo de vida, Darin Olien. El objetivo de ofrecer nuevas perspectivas a los problemas que enfrenta el medio ambiente y concientizar sobre la sostenibilidad del planeta y las energías renovables, con una visión agradable y alegre.
La pareja viajera, entre sonrisas, complicidad y algunas frases provocadoras, logra establecer un ritmo divertido y fácil de seguir mientras exploran lugares fascinantes. Comerán con algunos lugareños, hablarán sobre coches o se darán un baño de agua helada en alguna cascada alucinante.
La primera temporada estuvo un poco por todas partes, saltando de un tema a otro, pero demostrando que Efron y Darin son dos tipos geniales que todos quisiéramos tener de buddies. Muchos críticos estuvieron de acuerdo, ya que la temporada ganó un Emmy en 2021.
La nueva temporada está mucho más enfocada, no solo porque se centra en un país o continente, si no porque ambos son mucho más conscientes de su inmensa responsabilidad al promover un estilo de vida más sostenible e inspirar cambios en las personas. Esta vez, el dúo dinámico explora las comunidades indígenas de Australia y cede el timón a los nativos para que puedan contar su propia historia.
Es una exploración más realista, narrada por Zac, quien con un desenfado naif, juega con palabras y emite observaciones existenciales que nos ayudan a repensar nuestro paso por esta dimensión y la importancia de educar “con los pies en la tierra”.
Nathalia Manzo.