Tejer tus propias prendas para el invierno es una costumbre que en España, en concreto, ha tenido mucho recorrido. ¿Quién no conserva prendas hechas por su abuela? Calentitos jerséis que casi nos doblan en tamaño o mantas a las que seguimos recurriendo en los días más fríos del año. Pese a toda esta historia familiar, hoy es una tradición que se pierde. Sin embargo, debemos decir que la experiencia de tejer tu propia bufanda y el producto final, solo tiene ventajas.
We are Knitters es una empresa online que vende la experiencia de tejer. Obviamente te vende los productos para hacerlo: la lana, las agujas y el manual de usuario. Pero su filosofía gira en torno a la experiencia. Porque tejer puede ser tendencia, no tiene porque ser exactamente como lo hacía tu abuela.
Alberto Bravo y Pepita Marín, los creadores de We are Knitters, tienen claro que no quieren asociarlo a la antigüedad y a la vejez. «Podemos tejer tomando algo en una cafetería, en el metro» o de cualquier forma que se nos ocurra. Ese fue el gran cambio que la empresa sugirió en el mercado. Un concepto que tiene raíces en tendencias estadounidenses, pero que en España, no termina de desanclarse de la memoria social.
Historia de We are Knitters
Al principio, necesitaban financiación. Lo intentaron a través de socios capitalistas, en concreto Luis Martín Cabiedes, a quien le llamó la atención que fueran a pedir financiación para un negocio de kits para tejer lana. No confío en la primera impresión, como buen inversor, les pidió tiempo para que demostrasen su potencial. Tras ese tiempo se sumó al proyecto como accionista.
En España, el vestigio social y la memoria colectiva, asocian el tejer a algo anticuado, como ya hemos comentado. Ese fue el primer reto, crear un mercado que no tuviera ese prejuicio y para ello fueron clave las redes sociales. Han comentado que: creen que el equipo de fotografía que usaron, el lenguaje que usaron para comunicar su negocio fueron clave. Desarrollaron knitting parties (fiestas para tejer) donde invitaban prensa y blogueras para que la difusión de la experiencia que ofrecían fuera mayor. Ese fue su primer trampolín.
Hoy facturan 10M al año y la mayor parte de su facturación procede del cliente internacional. Eso les ha llevado a trasladar su almacén a Alemania y abrir otro en Estados Unidos, porque tanto Alberto como Pepita creen que su negocio debe estar cerca del cliente. Su plantilla se compone de 32 personas de 10 nacionalidades distintas y su sede sigue estando en Madrid. Su filosofía siempre gira entorno a que el cliente debe percibir que el producto que adquiere es local. La cercanía es fundamental. Tanto para el cliente como para el medio ambiente.
Ambos destacan el esfuerzo y la constancia como claves de su éxito. En palabras suyas: «que la inspiración te pille trabajando». También destacan que es importante dar y encontrarse con el momento idóneo.
Tradición sostenible
La sostenibilidad también consiste en recuperar tradiciones saludables, que no contaminan, que no hacen daño y que respetan el medio en el que vivimos. ¿Qué daño hacía tu abuela al medio cuando se sentaba en la puerta de casa con las vecinas a hablar y a tejer un jersey para el nieto o una bufanda para el invierno?
Quizás halla algunas que sea mejor olvidar y otras que no estaría mal que recuperásemos. Tejer nuestra propia ropa estaría dentro de este último grupo. Es verdad que no tenemos el tiempo y muchas veces, tampoco tenemos la dedicación necesaria, pero es innegable que nos serviría para desconectar del mundo, de la dependencia constante de la tecnología (al menos de su parte más negativa), y nos ayudaría a ajustarnos al ideal de comercio justo. Además, las cosas confeccionadas por unos mismo siempre saben y se sienten mejor.
Fomentar un ecosistema social con iniciativas y negocios como los de We are Knitters mejoraría nuestra forma de intercambio. Podríamos crear nuestros propios abrigos en lugar de necesitar ir a comprarlos. Así no dependeríamos tanto de los modos de comercio canónicos. Nuestro próximo jersey no tendría por qué ser uno que hayamos comprado en una gran cadena de Prêt-à-porter, sino uno que hayamos tejido durante el verano. Es bueno para nuestro bolsillo, es bueno para la sociedad y lo es para el medio ambiente. Reduce la huella de carbono y contribuye a que el comercio no sea tan agresivo. Además, a nosotros nos hace más independientes.
A empresas como We are Knitters les debemos mucho. Por la satisfacción que te puede llegar a brindar la experiencia de tejer tu propia bufanda, por la experiencia vivida y compartida con amigos y en redes sociales y por convertirnos en personas independientes y responsables con nuestro medio social y con el medio ambiente que nos rodea. Sigamos por ese camino para alcanzar el cambio positivo.