En momentos de crisis, es normal que las personas sientan más tensión de lo habitual. La ansiedad y el estrés en nuestro día a día aumentan por el coronavirus y esa tensión es especialmente palpable en ambientes de trabajo. Amy Gallo reflexiona en un artículo para Harvard Business Review sobre esto y concluye que la compasión es ahora más esencial que nunca.
La crisis del coronavirus va mucho más allá de nuestro sistema sanitario. Afecta prácticamente a todos los sectores de nuestra sociedad. El futuro de nuestros trabajos, de nuestras empresas y de la economía mundial es totalmente incierto. Esa inseguridad en el ámbito laboral se traduce en un aumento de la tensión entre compañeros.
Amy Gallo, autora especialista de las dinámicas en los ambientes de trabajo, reflexiona sobre ese despunte del nivel de estrés en los trabajos en un artículo para Harvard Business Review. Como ejemplo de esa frecuente crispación, cuenta una anécdota. Estaba reunida con una compañera de trabajo de manera telemática cuando esta le comentó que debía irse un momento para saludar a la persona que cuida de sus hijos. Casi como una reacción inmediata e involuntaria, Gallo la juzgó por no cumplir el distanciamiento social. El enfado que sintió pronto se transformó en un sentimiento de culpa por haberse molestado sin ni siquiera conocer las circunstancias de su compañera.
Gallo comentó esta anécdota con varios amigos y casi todos le contestaron que habían vivido situaciones similares durante el confinamiento. Brianna Caza, profesora de la Universidad de Carolina del Norte, y otros expertos han revisado 300 estudios sobre el lugar del trabajo y aseguran que “siempre que hay una tensión externa, esta influye en la relación entre trabajadores”. La autora del artículo conversó con un par de esos expertos y expone algunas de las conclusiones a las que llegaron.
Las conclusiones de los expertos
Recuerdan que es importante tener en mente que cada persona reacciona a los problemas de manera diferente, que la comunicación es clave en cualquier relación de confianza y que expresar cómo te sientes en cada momento ayuda a que los demás empaticen contigo. De todos los consejos que dan, hacen especial hincapié en la compasión hacia uno mismo y hacia el otro. En momentos de estrés, es muy común que la compasión desaparezca y esto nos lleva a pensar que nosotros tenemos siempre la razón y que el resto se equivoca. Ese pensamiento es nefasto para cualquier ambiente de trabajo. Gallo concluye el artículo expresando que, aunque no siempre sea fácil, hay que intentar ser más paciente y compresivo con los compañeros porque es lo que tanto ella como sus compañeros se merecen en estos momentos.