La relación entre los derechos humanos y el medio ambiente ha crecido en los últimos años. La propia Organización de las Naciones Unidas ha demostrado la importancia de la preservación de un plantea limpio y sostenible para el pleno desarrollo y garantía de derechos humanos como el derecho a la vida, la salud, la alimentación, el agua y el saneamiento. Tal y como defiende este organismo, “sin un medio ambiente saludable, no podemos satisfacer nuestras aspiraciones ni vivir a la altura de los estándares mínimos de dignidad humana”. Así, el Relator Especial de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente, David R. Boyd, manifestó a principios de julio la necesidad de incluir en la Declaración Universal de Derechos Humanos la defensa de un planeta sano:
El derecho a un planeta sano, como derecho humano universalmente reconocido, sería un poderoso complemento del conjunto de instrumentos para salvar el planeta. El derecho a un medio ambiente saludable ya proporciona la base para gran parte del progreso que estamos viendo en diferentes naciones de todo el mundo
Además, como experto señala que “si es reconocido por todas las naciones, podría ser el derecho humano más importante del siglo XXI». Propone “aprovechar este momento de crisis ecológica mundial para asegurar el reconocimiento de este derecho por parte de las Naciones Unidas, de modo que todos, en todas partes, se beneficien”.
Estas declaraciones apoyan la iniciativa de organizaciones sociales como BirdLife que, desde hace tiempo, advierten del nexo entre la degradación de los entornos naturales y la vulneración de los derechos humanos. Según La Organización Mundial de la Salud (OMS), el 28% de las muertes a nivel mundial guardan relación con el daño y la destrucción del medio ambiente.
Una cuestión fundamental
«El medio ambiente muchas veces se ve como algo vinculado a políticas sectoriales y de menor peso frente a la industria o la economía. Sin embargo, se trata de algo transversal y un asunto relacionado con la gobernanza global», opina Juan Carlos Atienza, portavoz de SEO/BirdLife. Esta organización ha iniciado una recogida de firmas para la campaña #1Planet1Right.
«Este nuevo derecho obligará a miles de países a incluirlo en sus leyes y dará una mayor cobertura a aquellos ciudadanos o colectivos que tengan que ir a los tribunales», añade Atienza.
Así, el posible nuevo artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos puede proporcionar mayor cobertura legal a los países que necesiten denunciar los perjuicios de su entorno.
Ana Barreira, directora del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), explica los beneficios de este hecho ya que, según argumenta, aceleraría los procesos judiciales en materia medioambiental:
En España, el derecho al medio ambiente sano no está recogido exactamente como un derecho fundamental, sino como un principio rector de la política económica y social, lo que hace que no se pueda alegar la vulneración de este derecho de manera directa, sino que se tienen que utilizar otras vías, lo que retrasa mucho los procedimientos
La incorporación de este nuevo derecho será, por lo pronto, una herramienta más de la que dispondrá la ciudadanía para recurrir las malas prácticas medioambientales. Supondrá un paso más en la lucha contra el maltrato de los ecosistemas:
Muchos de los grandes retos ambientales exceden las fronteras nacionales. El cambio climático o la pérdida de biodiversidad no son problemas que se puedan resolver en solitario o de manera local. Necesitamos, si queremos conservar el medio ambiente, que exista un respaldo global
Atienza (SEO de BirdLife)