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Upon Entry: toda realidad es fronteriza.

Upon Entry: toda realidad es fronteriza

Decía Anne Carson que toda realidad es fronteriza y está siempre en movimiento. Nos
lleva en viajes a diversos continentes y momentos históricos, dibujando así un paisaje
moral del espíritu. En el caso de ‘Upon Entry’, los directores Juan Sebastián Vázquez y
Alejandro Rojas dibujan el paisaje moral de las fronteras, y lo hacen con silencios
incómodos, aunque con un impacto ensordecedor dentro y fuera de cada espectador,
incluyéndome, cargándonos de empatía, indignación, impotencia y desasosiego.

Al salir de la sala, esa sensación de claustrofobia y perturbación se libera en un grito
entrecortado, que expulsas a trompicones, como cuando sientes el impulso de llorar y
reír al mismo tiempo, cuando algo te afecta profundamente.

“Por favor, síganme”

Cuando el agente de inmigración les dice “Por favor, síganme”, Diego (venezolano) y
Elena,(española) una pareja de inmigrantes recién llegada a Estados Unidos, se ven
envueltos en un intenso interrogatorio en el aeropuerto de Nueva York camino a “su
nueva vida” en Miami.

Este proceso pondrá a prueba su relación y los llevará al borde de su estabilidad sicológica mientras los enfrenta a los rigores tortuosos de del proceso migratorio.

Todo se vuelve duda, desconfianza, paranoia

La tensión en ‘Upon Entry’ es brutal y moral, porque mientras va construyendo los
detalles de las vidas de cada personaje, nos obliga a involucrarnos y a elaborar nuestro
propio juicio, a vivirlo en carne propia, a tomar partido.

Todo se vuelve político y por lo tanto complejo.

Las actuaciones de los ganadores del Goya por «Celda 211» y «Verano 1993»
respectivamente, Alberto Ammann (Diego) y Bruna Cusí (Elena), son intensas y
meticulosas. Transmiten la ansiedad de estar siendo desbordados por una espantosa
sorpresa del destino, que les impide distinguir por momentos la realidad de la ficción.
Por este motivo, algunas críticas han coincidido en calificar la película como un drama
con tintes kafkianos.

La tensión se inicia al mejor estilo brechtiano, preparándonos para lo peor, cuando
Diego, muy nervioso, duda sobre si ha olvidado su pasaporte en casa. La intensidad
crece cuando se enfrentan a la agente Vásquez (Laura Gómez) en la sala de
interrogatorios. A pesar de ser latina y hablar español perfectamente, carece de
empatía, siendo incluso lo contrario. Sin embargo, esto no representa el peor escenario.
Las insinuaciones hostigantes del agente Barret (Ben Temple) son aún más crueles.

Un juego de poderes

A partir de ese momento, la película se convierte en un inquietante juego de poderes
que comienza a desmoronar a cada miembro de la pareja. Ambos se convierten en
presa de la confusión generada por las constantes indagaciones y confrontaciones
típicas de este tipo de interrogatorios, que rozan el sadismo y, sobre todo, quebrantan
la confianza en uno mismo. Para lograrlo, los papeles de reparto son igualmente
esenciales.

Todo se desmorona en primer plano, todo se desdobla.

Y surgen las preguntas. ¿Qué habríamos hecho nosotros? ¿Conocemos bien a nuestros
amigos y nuestras parejas? ¿Cuál es el verdadero sentido de las fronteras?

En todo caso, los únicos territorios están en nuestras mentes, aunque a veces haya que
preguntar “antes de entrar”

Fuente: ©KARMA FILMS

Enhorabuena a todo el equipo de ‘Upon Entry’ que además de contar con un amplio
palmarés hasta la fecha, ha logrado tres nominaciones a los Goya como Mejor Guion
Original, Mejor Actor Protagonista y el mencionado Mejor Dirección Novel.
Mucha suerte y hasta el próximo Día del Espectador.

Nathalia Manzo.

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