Cada año, la crisis climática amenaza con modificar el clima, empeorando los eventos climáticos extremos y diluyendo las estaciones de transición. Por eso, tristemente ya nunca es primavera.
El pasado 23 de marzo Greenpeace intervino la icónica campaña de “Ya es Primavera en El Corte Inglés». Su objetivo era dar la voz de alarma sobre los perjudiciales efectos de la crisis climática sobre el planeta, en la ya casi extinta “estación del florecimiento”.
Con la acción, los activistas de Greenpeace se descolgaron de más de 25 metros de altura en una de las fachadas de la tienda en el Paseo de la Castellana de Madrid. Intervinieron una de las lonas de su nueva campaña, cambiando el mensaje original por: “Ya NUNCA es Primavera”.
La noticia se extendió rápidamente en redes sociales y medios de comunicación, provocando un gran alboroto; muchos de los participantes indicaron que la iniciativa no fue en contra de El Corte Inglés, sino que se trataba de aprovechar su reconocimiento y capacidad de convocatoria para llegar al mayor número de personas y autoridades posibles.
Datos que sí florecen
Greenpeace nos recuerda, que según los datos de la Agencia Estatal Meteorológica, actualmente el verano se extiende 5 semanas más que a principios de los ochenta.
Y el año pasado fue, cómo olvidarlo, el año más caluroso de los últimos 107.
Alarmante.
En la actualidad, la mayoría de los estudios sugieren que en la zona mediterránea, concretamente en España, se encuentran evidencias de este dramático cambio en las estaciones, a raíz de la acumulación de gases de efecto invernadero, los combustibles fósiles y el aumento de la temperatura superficial del mar Mediterráneo.
Las consecuencias de estas alteraciones, provocan un adelanto en la llegada de la primavera y un retraso en la llegada del invierno, ocasionando cambios en muchos procesos biológicos y meteorológicos en sus versiones más extremas. Si esta situación progresa, podría tener efectos significativos para nuestra salud, la biodiversidad y la agricultura.
Verde que te quiero verde
La desaparición de las estaciones tal como las hemos conocido hasta ahora, es una realidad frente a la que no podemos cerrar los ojos. Iniciativas como las de Greenpeace son más que bienvenidas, pues invitan a concienciar y además ponen en evidencia que la crisis climática se está intensificando y debemos impulsar en la ciudadanía acciones de cambio.
Otra medida importante es la conservación y protección de los ecosistemas naturales. Los bosques y otros ecosistemas actúan como sumideros de carbono y ayudan a regular el clima. Además, al proteger la biodiversidad, también se protege la supervivencia de las especies que dependen de estas estaciones.
La primavera es una estación vital para la vida en la Tierra.
Si no se toman medidas urgentes para frenar la crisis climática, esta estación y otras se verán cada vez más afectadas, lo que tendrá graves consecuencias para el planeta.
Es necesario actuar de forma conjunta y urgente para frenar la crisis climática y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.
Nos vemos en próximas entregas. Y que vuelva la primavera.