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La necesidad de actuar contra el cambio climático se presenta como una oportunidad para transicionar hacia modelos productivos más eficientes y reducir las desigualdades mundiales.

Yawa, el revolucionario invento contra la falta de agua

Hace apenas una semana se celebró en París la cuarta edición de la cumbre One Planet Summit. El evento tenía como finalidad debatir sobre la protección de la biodiversidad, el clima y el medio ambiente en su conjunto. En medio de todo el revuelo informativo actual la fecha apenas tuvo relevancia internacional, pese a las palabras de advertencia de Antonio Guterres. 

El Secretario General de las Naciones Unidas evidenció que el mundo no ha cumplido ninguno de los objetivos de biodiversidad que se fijaron para el pasado 2020. Esto supone un golpe y un duro comienzo hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Nuestro actual consumo de recursos requiere casi dos planetas, pero sólo tenemos uno”. 

Sin embargo, no todo fueron reproches y malos augurios. La salida de la crisis producida por la Covid-19 se nos ofrece como una oportunidad para revertir esta tendencia si primamos en la recuperación económica aquellas actividades que nos ayuden a transitar hacia un mundo más verde. La necesidad de detener el cambio climático puede ser aprovechada como una fuente de empleo. Incluso el Foro Económico Mundial estima que se crearán en este sentido 191 millones de puestos de trabajo para 2030. 

Yawa, mejorando la vida de la gente y el planeta. 

Max Hidalgo es un joven científico peruano de 30 años. Acaba de ser galardonado como unos de los Jóvenes Campeones de la Tierra 2020. El premio de la ONU reconoce a la nueva generación de ambientalistas y se otorga cada año a sólo 7 personas de todo el mundo. En 2020 Max fue uno de ellos gracias a la invención de Yawa. 

Yawa, que proviene de la unión en quechuo de Yaku (Agua) y Waira (viento), es una turbina eólica portátil que es capaz de recolectar hasta 300 litros de agua a partir de la humedad del ambiente. Esto puede suponer una revolución en aquellos lugares donde las sequías y la explotación han mermado los acuíferos. Además la falta de recursos hídricos es una de las principales amenazas a las que se enfrenta el planeta en las próximas décadas. 

Perú, país natal de Max, es uno de los lugares más amenazados ante la falta de agua en el planeta. Esta fue una de las principales motivaciones que llevó al joven biólogo a idear el revolucionario invento. “Hay comunidades que llevan 20 años esperando por el servicio y dependen de camiones que llegan con agua cara y de una calidad cuestionable”. 

La emisión de residuos, otro aspecto clave. 

La tecnología es la mejor aliada con la que contamos para reducir el impacto del cambio climático. Pero para que esto sea una realidad, debemos de primar formas de consumo y de producción alternativas, como la economía circular. 

Yawa también es ejemplar en este aspecto. Está elaborada con materiales reciclables como el Aluzinc y las cantidades de plástico empleadas en el producto son mínimas. Este aspecto es clave si queremos transitar hacia un modelo productivo eficiente y respetuoso con el medio ambiente. 

El tiempo de reacción con el que contamos cada día es menor. Sin embargo, ejemplos como el de Max nos enseñan que aún hay esperanza. La consecución de los objetivos de la Agenda 2030 puede ser aprovechado como una oportunidad para reducir las desigualdades mundiales. No debemos dejar escapar la oportunidad. 

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