En estos tiempos tan inciertos que vivimos todo ocurre demasiado deprisa. No parece haber tiempo para vivir, ni para disfrutar el presente. Estamos más preocupados por imaginar un futuro que nunca llega. Tal vez, ya que el presente es algo gris y difuso, sea un buen momento para recurrir a los recuerdos y vivencias del pasado.
Concretamente, a los de nuestra infancia. Eso es lo que hace en su novela Voz de vieja la escritora novel Elisa Victoria. Este libro trata sobre la infancia de Marina, una niña de ocho años que nos relata sin pudor y con un humor casi adulto, su verano de 1992. Y sobre la relación con su propia abuela.
La inocencia de los niños y su imaginación
El punto fuerte de esta novela es que está contada desde el punto de vista de una niña pequeña. Con todo detalle, nos va contando cómo vive ella el verano y conocemos cuáles son sus inquietudes respecto al mundo de los adultos y cómo gestionan sus preocupaciones y obligaciones. La obra sitúa a la protagonista en la Sevilla del año 92. Es muy divertida la forma en la que la protagonista nos cuenta en qué emplea su tiempo libre. Cómo lee a escondidas los cómics picantes del novio de su madre o cómo se inventa ficciones eróticas con sus muñecas. A través de la forma de pensar de Marina, en forma de diálogo interior consigo misma, la autora reflexiona sobre la vida y sobre cuestiones algo banales: ir a la compra o hablar con los vecinos del barrio.
También es muy llamativo cómo se hace preguntas sobre sexo y sobre cómo interactúan y se relacionan los mayores. Al leer esta historia es inevitable no sentir nostalgia por la infancia que no vuelve: dónde nada importa, dónde el ansia de curiosidad se va perdiendo y dónde se vive como si cada día fuera el último. Uno puede ir, si quiere, incluso en bragas por la casa como va la protagonista del relato.
Los lazos familiares
Las raíces familiares, el hogar y la muerte son aspectos muy importantes en esta novela. En especial, es muy entrañable y dulce la relación tan cercana que tiene Marina con su abuela. Marina vive la enfermedad de su madre y nieta y abuela pasan todo el día juntas. Comparten risas, penas, vivencias y confidencias. De esas que, a medida que uno crece, se van echando de menos y se van viendo como un regalo. La relación entre ambas es tan cercana que, más que parientes, parecen amigas. La abuela de Marina la trata como a una adulta: hablan de todo tipo de cosas y sin censuras. Cosas ajenas a la infancia. La enfermedad de la madre de Marina las une todavía más y fortalece el vínculo entre las dos. Marina es una adulta atrapada en el cuerpo de una niña.
En la novela hay frases tan bonitas como “a Marina le gustaría que le regalasen un frasco de perfume de su madre para no olvidarla cuando ya no esté”. La muerte no se trata en este libro como un tema tabú, al contrario. La niña es consciente en todo momento de que su madre, tarde o temprano, faltará. En ello vemos la fortaleza, de nuevo, de un adulto en vez de una niña.
Curiosidades sobre la novela
Como peculiaridad de la novela encontramos el propio título: Voz de vieja. Alude a la personalidad adulta y madura de Marina. También, por el vocabulario y las expresiones que utiliza que recuerdan al mundo adulto. Además, la portada lleva el mismo estampado que el vestido que le hace su abuela a Marina en la historia.
Ficha técnica
Victoria, Elisa. (2019). Voz de vieja. España. Blackie Books. ISBN: 9788417552138
Nº de páginas: 256
Editorial: Blackie Books
Idioma: castellano
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788417552138
Año de edición: 2019
Plaza de edición: 2019
Precio: 19,00€
Soy Irene Merino, comunicadora y periodista cultural. Devoradora de historias y soñadora hasta la médula. Viviría dentro de una sala de cine y moriría entre las páginas de un libro. Me emociono en el teatro y por supuesto con los videojuegos. La vida sin música sería un error, y sin cultura una tortura.