A lo largo de la historia, la humanidad ha aprovechado el poder del agua de maneras fascinantes.
Los antiguos griegos, conocidos por su ingenio, fueron pioneros al crear las
primeras ruedas de agua, utilizando la energía hidráulica para moler granos y realizar
tareas. Hoy en día, la innovación moderna continúa construyendo sobre este legado
ancestral, explorando nuevas formas de aprovechar los océanos y las costas como una
prometedora fuente de energía limpia e inagotable.
PacWave, situada en Oregón, se encuentra a la vanguardia de esta iniciativa, según
informa Scientific American. Esta entidad, una instalación de investigación en la
Universidad Estatal de Oregón, se ha dedicado a evaluar una amplia gama de
dispositivos diseñados para aprovechar la energía de las olas, buscando los más
eficientes y prácticos. No solo es viable extraer energía de los océanos, sino que los
investigadores pronostican que esta posibilidad será una realidad en menos de dos
años.
La Universidad ha invertido 80 millones de dólares en la construcción de esta
instalación, que tiene la capacidad de probar simultáneamente hasta 20 dispositivos y
está ubicada a unos siete kilómetros de la costa de Newport, Oregón.
Esta infraestructura representa un ahorro significativo en tiempo y recursos para los
desarrolladores, ya que ahora pueden poner a prueba sus dispositivos de generación
energética a partir de las olas sin la necesidad de gestionar permisos, conexiones
eléctricas o buscar áreas específicas en el mar para su instalación.
La energía de las olas
Los dispositivos destinados a captar la energía de las olas exhiben una notable
diversidad. Según Burke Hale, especialista en ciclos de carbono en los océanos
costeros, la acidificación oceánica, la tecnología de medición y la manipulación
experimental – e investigador principal en PacWave – incluso las turbinas submarinas
más simples muestran prometedoras capacidades para capturar la energía de las
mareas.
Sin embargo, estas tecnologías también enfrentan desafíos significativos. Por ejemplo,
suelen ser altamente específicas en su ubicación geográfica, ya que dependen de ciertos
tipos de mareas que no son tan comunes y que a menudo se encuentran alejadas de las
redes eléctricas.
Los movimientos caóticos y multidireccionales de las mareas, con olas que se desplazan
tanto vertical como horizontalmente e incluso en círculos, presentan retos adicionales
para la captura eficiente de energía. Los dispositivos necesitan una gran robustez para
resistir la corrosión causada por la salinidad del agua y los movimientos turbulentos del
océano.
Soluciones a la salinidad del agua
Entre las soluciones en desarrollo se encuentra un dispositivo inspirado en la
‘Serpiente Pelamis’, también conocida como Pelamis Wave Energy Converter. Esta
innovación fue creada por la empresa Pelamis Wave Power en Escocia y consiste en una
serie de segmentos articulados que se mueven con el movimiento del agua.
Cada segmento alberga un generador capaz de convertir el movimiento mecánico en energía
eléctrica. A pesar de que la tecnología ha sido desarrollada y probada, su
implementación a gran escala comercial ha enfrentado desafíos técnicos y económicos,
limitando su adopción masiva. Este diseño flexible, adaptándose a distintos ángulos
según el impacto del agua, busca aprovechar de manera más eficiente la energía de las
olas para su conversión en electricidad.
Los estudios realizados en instalaciones internacionales subrayan el potencial
significativo de la energía marina. Según estas investigaciones, se proyecta que la
energía derivada de las olas podría satisfacer hasta un 15% del consumo energético de
Estados Unidos en el futuro cercano.
Estos datos apuntan a que la energía de las olas podría volverse fundamental en el
panorama energético. A diferencia de la energía eólica, no está sujeta a las condiciones
climáticas, y a diferencia de la solar, no experimenta periodos de inactividad. Este
potencial constante y confiable la posiciona como una fuente prometedora para el
futuro de la energía sostenible.
