Según un informe de Greenpeace, tan sólo una semana después de que el Gobierno anunciara el estado de alarma por el COVID-19, el tráfico en las carreteras se redujo en más de un 60%.
En apenas unas horas bajaron las emisiones, y esto se hizo notar en la contaminación del aire.
Las circunstancias especiales a las que nos ha sometido esta pandemia pueden constituir una oportunidad para aprender a reducir el número de afectados y enfermos por la calidad del aire. Los valores de esta primera semana del gas tóxico dióxido de nitrógeno han sido mucho más bajos de lo acostumbrado: un 40% del límite fijado por la OMS y la UE.
Conoce más sobre cómo está mejorando el aire en nuestras ciudades en Greenpeace.