Uno de los objetivos medioambientales principales es conseguir las emisiones netas nulas de dióxido de carbono para 2050. Para realizar dicha meta, es necesario acelerar el proceso. Por ello, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), quiere prohibir la venta de coches nuevos de combustión antes de 2035.
A la hora de planificar la estrategia, la AIE señala una fecha clave en el calendario. Los coches que utilizan hidrocarburos en los grandes países europeos tendrán que finalizar su venta antes de 2040. La agencia también ha querido orientar su discurso hacia las inversiones para dichos tipos de vehículos.
Ello significa, por ejemplo, no explotar los pozos de petróleo, extracciones de gas o minas de carbón. Dejar de lado todo lo que tiene que ver con los combustibles fósiles, en busca de una nueva y limpia energía renovable.
Agencia Internacional de Energía con objetivo 2050
El año 2050 se convierte en una fecha clave. Así lo han manifestado los autores del informe. Calculan que, para dicho año, la demanda global de energía debe disminuir un 8% respecto a la actual. Ello no tiene consecuencia en el ámbito económico, ya que, según se prevé, el producto interior bruto (PIB) mundial se duplicará, además del aumento demográfico de la población.
El objetivo principal es llegar a estas cifras con el mayor impulso posible de la energía renovable y verde. La AIE considera que esta evolución energética tiene que ir unida a potenciar las energías renovables. Según el informe, esto se traduciría en cuadruplicar el nivel récord de este tipo de energía alcanzado en 2020.
El proyecto solicita un alto nivel de inversión para llevarse a cabo. Esta ampliación se resume en 5 billones de dólares anuales en el horizonte de 2030. Ello, a su vez, ayudaría a la creación de empleo en dicho sector, por lo que tendría una consecuencia social-económica.
