En estos tiempos que corren donde no podemos viajar prácticamente a ningún rincón del planeta, el mundo de los libros se ha convertido todavía más en una vía de escape tanto para el alma, como para la mente. Dado que no podemos ver otros lugares físicamente, recurrimos a la literatura para visitar paisajes singulares o rincones inhóspitos y así huir de la cruda realidad que nos invade desde hace poco más de un año.
Originaria de la tierra de la roca volcánica y el mojo picón, Andrea Abreu nos sorprende con su revolucionaria ópera prima titulada ‘Panza de burro‘. Este título tan original, hace referencia al fenómeno meteorológico que asola la isla de Tenerife, de la que ella proviene, donde las nubes se acumulan de tal manera que crean una especie de pantalla al Sol cubriendo todo el cielo. Esta tinerfeña de 25 años nos abre una ventana hacia la infancia que nos marca, las amistades que nos guían, e incluso la familia que nos protege y refugia de la soledad o simplemente del aburrimiento.
Homenaje a las Islas Canarias
La historia de la que trata esta singular novela, es preciosa a la par que sencilla. Refleja la infancia y la amistad férrea y peculiar entre dos niñas de unos 10 años que viven en la colina de un volcán en la isla de Tenerife. La trama no es compleja pero en ella sí que encontramos algunos elementos o cambios de rumbo inesperados, que hacen que el lector caiga atrapado del todo en el interior de sus páginas.
Todos los veranos estas niñas pasan juntas cada segundo de su tiempo. El libro en concreto describe uno de ellos a comienzos del 2000, en el que comienzan a experimentar cambios propios de su tránsito de la infancia a la adolescencia.
El paisaje y el clima juegan un papel muy importante en la historia, pues en ella se describe como la nubosidad y la humedad de Panza de Burro, afectan en el ánimo y en la voluntad de los que habitan en esa especie de cumbre en la falda de un volcán que aguarda dormido a, tal vez, despertarse algun día. Y por tanto, nos muestra como, un tiempo u otro, influyen tan enormemente en la vida y circunstancias de los vecinos. Esto se ejemplifica en la frase “La tristeza de la gente del barrio eran las nubes, las nubes clavadas en la punta del cogote, en la parte más alta de la columna vertebral…”.
Panza de burro: retrato de la infancia y de la sociedad
Isora y su incondicional e inseparable amiga que ejerce la función de narradora en el anonimato, juegan a crear telenovelas con sus muñecas, a explorar las cuevas del páramo y hasta masturbarse juntas cada una sentada en su pupitre al final de la clase. A través de sus lazos, sus preguntas, sus inquietudes y sus dudas propias de su joven edad, nos muestran la mirada inocente e ingenua y hasta despreocupada, en cierto modo de la infancia, respecto a como ven el mundo. Además la relación que tienen con sus abuelas es maravillosa. Ellas son las cuidadores, las sabias que las guían a través de los devenires de la vida y las adoctrinan de alguna manera, pero siempre de forma positiva y por su bien.
La relación que tienen las dos protagonistas de esta novela es sin duda curiosa: Isora se presenta como la líder y la madura, una especie de modelo a imitar, mientras que la narradora la sigue a todas partes sin cuestionarse nada y le da siempre la razón. Esto es producto de esa admiración tan grande que la tiene, como la que se siente hacia el ser amado en muchas ocasiones, en la que la personalidad se diluye y casi desaparece.
También se elabora una especie de mapa de sociedad de clases. En ella las más desfavorecidas o pobres viven en la base de la colina, en casas de materiales prefabricados o de peor calidad y por el contrario en la cima de la aldea, se encuentran las clases más pudientes que viven en grandes y espaciosas haciendas y sus casas tienen un mayor tamaño.
Una vuelta de tuerca al diccionario
Como particularidad añadida en esta fabulosa novela, encontramos el lenguaje con el que está escrita. La autora decidió reivindicar sus raíces y su tierra utilizando el vocabulario y el dialecto o la jerga originarios de las Islas Canarias.
Con una indudable valentía y atrevimiento, Andrea Abreu, sorprende a sus lectores con vocablos como “vulcán” en vez de “volcán” y “fisquito” en vez de “poquito”, entre muchos otros. El resultado es una narración desternillante y divertida, reflejo de una nueva voz, viva y propia.
La combinación de este léxico peculiar, la utilización de un lenguaje poético de lo más audaz, hace que la novela sea todavía más interesante de leer, pues refleja la capacidad para contar de manera conmovedora situaciones cotidianas e incluso momentos de dolor, a través de la mirada de una niña que intenta forjarse su propia personalidad en un mundo y una isla en constante cambio y movimiento.
FICHA TÉCNICA
Título: Panza de Burro
Autora: Andrea Abreu
Nº de páginas: 176
Editorial: BARRETT
Idioma: CASTELLANO
ISBN: 9788412135336
Año de edición: 2020
Traductor: SABINA URRACA
Precio: 17,00 euros
Soy Irene Merino, comunicadora y periodista cultural. Devoradora de historias y soñadora hasta la médula. Viviría dentro de una sala de cine y moriría entre las páginas de un libro. Me emociono en el teatro y por supuesto con los videojuegos. La vida sin música sería un error, y sin cultura una tortura.