Sí, es cierto: el estrés puede tener efectos positivos. La pandemia que estamos viviendo ha causado estrés, ansiedad y problemas de salud mental que abarcan una parte significativa de la población: según un estudio realizado por la Universidad Complutense, uno de cada cinco españoles muestra síntomas de depresión y ansiedad durante la pandemia.
Pero, aunque la depresión y la ansiedad deberían atenderse y tratarse, el estrés en sí mismo no es necesariamente negativo. Es más, puede contener las semillas de resultados positivos si somos capaces de aprovechar sus beneficios.
Mucho estrés puede, por supuesto, tener efectos negativos. Especialmente si es mantenido en el tiempo, puede suponer un deterioro en la salud: se asocian al estrés desde problemas musculares y respiratorios, a cardiovasculares y gastrointestinales. No son pocos los que a nuestro alrededor se quejan de dolores de espalda. Según un informe publicado por el Journal of the American Heart Association, el estrés específicamente relacionado con el trabajo, sobre todo con la presión excesiva y la falta de control sobre las circunstancias, está en correlación directa con una mayor incidencia de arteriopatía periférica. Es tan doloroso como suena.
A pesar de esto, un poco de estrés puede ser positivo. Un estudio realizado por Richard Dienstibier afirma que la “fortaleza mental” aumenta cuando las personas han pasado numerosas experiencias de estrés a lo largo del tiempo. En lugar de tener un efecto acumulativo negativo, las personas son capaces de construir resultados positivos. Un estudio publicado en el Diario de Personalidad y Psicología Social (Journal of Personality and Social Psychology), también encontró que el estrés podía ser beneficioso. Situaciones de estrés extremo o ningún tipo de estrés fueron ambos relacionados con consecuencias negativas; en cambio, un estrés moderado aumenta la capacidad de adaptación y de aprendizaje, y tiene resultados constructivos.
A pesar de que resulte contraintuitivo, las situaciones tensas y el estrés que estas conllevan puede resultar productivo. Estos son algunos de los beneficios que pueden traer:
El estrés puede reforzar las conexiones con los demás.
A veces, el estrés está basado en la preocupación por uno mismo. Pero, normalmente, ésta se entreteje con una preocupación profunda por los demás. No sólo temes enfermarte por el dolor que pueda causarte, sino que te preocupa que, si enfermas, no puedas cuidar de otros, o puedas transmitirles el virus. Tu inquietud por mantener tu puesto de trabajo tiene que ver con que éste contribuye a tu propia realización, pero también te inquieta no poder proveer a tu familia. La preocupación por los demás es lo que nos hace humanos, y el estrés puede ser un recordatorio de hasta qué punto quieres y te importan las personas que forman tu comunidad.
El estrés puede aumentar tu capacidad de adaptación
Nuestra capacidad de adaptación es como un músculo. Cuanto más se trabaja de forma adecuada, más capacidad tiene. Cada vez que te adaptas a una situación, significa que la próxima vez lo harás mejor. El estrés te mantiene alerta y en forma. Puede motivarte para tomar la iniciativa, hacer frente y resolver problemas, lo que, en definitiva, te ayuda a no sólo a sobrevivir, sino a prosperar a medida que aprendes a improvisar y tu respuesta mejora con el tiempo.
El estrés puede ayudarte a no perder la perspectiva.
Sobrevivir a situaciones extremas ayuda a ampliar tu perspectiva, tus horizontes. Esto es algo que siempre hemos oído de los viajes, y en parte es porque, cuando conocemos nuevos lugares y personas, nuestro cuerpo está alerta: reacciona generando estrés. Y comprobar que has superado un momento estresante (que has conseguido, por ejemplo, coger el tren correcto a pesar de no conocer el idioma del país en el que estás), te llena de confianza para superar cualquier dificultad que pueda venir en el futuro. Tras superar una pandemia global, trabajar en desafíos menores será más sencillo.
Ya lo estamos viendo en relación con la sanidad: ahora entendemos que descuidar a los trabajadores esenciales no es una opción. Y comprendemos mejor el significado de la palabra héroe.
El estrés puede inspirar creatividad y nuevas habilidades.
El estrés puede motivarte a probar nuevas formas de hacer las cosas. Un requisito previo a la innovación son las barreras: sólo cuando hay un límite que parece insalvable las personas se ven obligadas (o inspiradas) a pensar de otra manera, a ir más allá. Es más, un estudio de la Universidad Duke mostró que, cuando las personas realizan una tarea que supone un proceso cognitivo complejo (como la solución de problemas), eran más capaces de reducir los niveles de ansiedad.
La artista Esther Moreno nos contó en exclusiva para Good4Good cómo podemos valernos de la creatividad para superar la pandemia (y cómo el estrés producido por ésta nos ayuda a ser más creativos):
El estrés puede motivarte a probar nuevas experiencias.
Una vez una persona sobrevive a un momento difícil, su disposición para con nuevas situaciones y oportunidades puede expandirse. Una aventura como hacer parapente, que podía parecer fuera de su alcance antes de superar ese período, se convierte en una experiencia posible. Pero no sólo nos referimos a deportes de riesgo: cambios laborales que pudieran parecer poco realistas, se vuelven más razonables. Conseguimos perseguir aquello que de verdad ansiamos, y responder menos al status-quo: precisamente porque ese status-quo se ha tambaleado.
El cerebro no es elástico: una vez extendido, no vuelve a su sitio. En cambio, es plástico: una vez extendido, continúa en ese estado de expansión. Esta expansión puede ser beneficiosa a largo plazo, para dejar paso a situaciones positivas, ante las cuales, de no haber pasado por ese momento difícil y estresante, permaneceríamos cerrados.
La pandemia global, la cuarentena, la desescalada… son todos momentos profundamente estresantes que pueden traer consecuencias negativas. Pero también es posible abrirnos y aceptar los resultados positivos. El estrés puede reforzar nuestra humanidad y conexiones, así como nuestra capacidad de adaptación. Puede traer nuevas perspectivas y mayor creatividad, mientras nos abre a nuevas posibilidades. El estrés no es completamente positivo, pero puede ser realmente bueno cuando le sacamos partido a los beneficios que puede traer consigo.