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Esta es la iniciativa española sostenible que triunfa en la era Covid

Green Cycles es una empresa valenciana que trabaja por dar una solución alternativa a los plásticos de un solo uso. Tras años de investigación, producen un material con los beneficios del plástico, pero que no es tóxico para el medio ambiente, sino que se disuelve en el agua sin dejar microplásticos contaminantes. Es más, al final de su vida, se convierte en abono, para integrarse en los ciclos naturales del medio ambiente.

En Good4Good hemos tenido el placer de hablar con Elena Moreno, la CEO de la compañía. El vídeo situado al principio del artículo es un resumen de la charla, donde nos contó cómo funciona su producto, cómo ayuda al medio ambiente y qué aplicaciones prácticas tiene en la prevención del coronavirus. Además, hablamos sobre sostenibilidad, coherencia y sinergias entre ecología y tecnología.

Green Cycles es Compostable, Biodegradable e Hidrosoluble

Ante la innovación y la tecnología sostenibles, se suman a nuestro vocabulario muchas palabras cuyo significado, a veces, puede quedar muy claro. Por eso, Elena nos aclara qué es cada cosa y cuáles son las ventajas de un material de este tipo.

Biodegradable

“Un material biodegradable es aquel que es capaz de descomponerse en sus elementos químicos originales que lo componen por la acción biológica de microorganismos, plantas y animales”. Los productos que llamamos normalmente biodegradables son los que se descompondrían, además, en poco tiempo y en condiciones ambientales naturales.

Ejemplos de materiales biodegradables: los tejidos naturales no tratados, el cartón, el papel, frutas, verduras…

Las ventajas de los materiales biodegradables frente a otros que tardan siglos en descomponerse son de muy diverso tipo. Por un lado, no saturan los vertederos, por otro, no contaminan el suelo y las aguas. Además, suelen ser más económicos y beneficiosos para la salud, según Oxfam Intermon.

Compostable

“Un material compostable es aquel que, siendo más del 90% biodegradable, acaba, por una biooxidación, siendo CO2, agua, sales minerales y biomasa. Es decir, todo material compostable tiene que ser biodegradable”. Básicamente, los materiales compostables se convierten, a través de la acción del hombre, en compost o abono orgánico.

Ejemplos de materiales compostables: hojas secas, frutas, plumas, café, etc.

Los materiales compostables, además de degradarse, pueden aportar un beneficio en la fertilidad de la tierra, devolviendo el carbono al suelo. El ciclo de compostaje es uno de los ejemplos más evidentes de economía circular, ya que los residuos generados por un proceso que requiere materias primas son devueltos al suelo en forma de materia orgánica.

Hidrosoluble

“Se disuelve en contacto con agua. La molécula se rompe, se hidroliza, el agua entra dentro y la desestructura, y entonces la tienes en solución con el agua, pero continúa ahí”. Por eso es tan importante que, además de ser hidrosoluble, los materiales cumplan con las características antes mencionadas.

Elena nos cuenta que uno de sus productos, una bolsa hidrosoluble que se vende en el extranjero tiene un slogan que vendría a decir: “disuélveme en agua y riega tus plantas”. Una forma de convertir los desechos en nueva vida en casa.

Green Cycles y la prevención de la Covid-19

Ante la crisis sanitaria, la empresa valenciana respondió de inmediato. Cientos de pedidos acumulados le han permitido crear un plan de expansión para escalar su modelo de negocio. Pero, ¿qué tiene que ver la pandemia con este sustituto sostenible del plástico? 

En Green Cycles las ventajas sanitarias se suman a las sostenibles

Los hospitales y centros sanitarios deben lavar la ropa infectada para acabar con los virus. En el momento de hacerlo, necesitan bolsas aislantes para transportarlas. Pero, si estas son de plástico, se encuentran con un nuevo residuo contaminado y un gran problema para desecharlo. En cambio, la solución de Green Cycles permite que los hospitales metan sus bolsas en la lavadora junto a la ropa. Al diluirse en el agua y descomponerse en materiales no tóxicos, eliminan la necesidad de deshacerse de un residuo contaminado.

Una cuestión de coherencia

Cuando le preguntamos a Elena Moreno si su producto podría convertirse en el “nuevo plástico”, su respuesta nos resulta especialmente relevante. Si bien el proyecto es escalable, el problema de la producción intensiva de plástico no está sólo en el hecho de que es un material tóxico que puebla nuestros océanos y contamina la tierra con su producción. El problema está en el consumo indiscriminado y masivo. La coherencia debe estar detrás de todos los procesos, del principio al fin. Es necesario utilizar el sentido común a la hora de consumir. Por eso, “no tiene sentido usar un material que tarda más de 500 años en degradarse para usarlo una sola vez”.  

Al otro lado de ese espectro se encuentra esta empresa española, que diseña productos sostenibles a medida, según las necesidades de cada empresa. 

BERNARDA PARODI

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